Nvidia, que fabrica el chip gráfico de Xbox, exigió a Microsoft el pago de 13 millones de dólares adicionales por los productos entregados a la compañía. Microsoft, en tanto, contraatacó aduciendo que había pagado al menos 46 millones de dólares de más a Nvidia.
En abril de 2002, Microsoft intentó conseguir un requerimiento de la autoridad bursátil estadounidense, en que se obligara a Nvidia a reducir sus precios.
En un comunicado, Nvidia informa que ambas compañías han superado sus diferencias y que cooperarán por reducir los gastos de producción de la consola Xbox.
El interés de Microsoft por reducir al máximo los costes de producción de Xbox se explica por el hecho que la compañía pierde entre 100 y 150 dólares por cada consola vendida.
Los fabricantes de consolas Sony y Nintendo tienen una fuerte posición en el mercado y venden volúmenes considerablemente superiores a Microsoft.
