Desde ya se rumoreaba que Facebook estaba considerando un cambio de nombre para definir más adecuadamente sus diferentes actividades y para distanciarse del escrutinio público que ha acumulado. El CEO, Mark Zuckerberg, anunció en un post que la compañía se renombraría como Meta. “Para reflejar quiénes somos y el futuro que esperamos construir, me enorgullece comunicar que nuestra empresa es ahora Meta”, dijo Zuckerberg.
El anuncio recuerda al cambio de marca de Google, cuando ésta se convirtió en una de las muchas marcas de la empresa matriz Alphabet. Zuckerberg parece estar adoptando el mismo enfoque, ya que Facebook queda relegada a una de las muchas marcas de la compañía -incluyendo Instagram, WhatsApp y Oculus- bajo la nueva matriz Meta.
Zuckerberg dijo que el cambio de marca permitirá a la compañía centrarse en “el metaverso”, su término para la convergencia de la realidad visual, la realidad aumentada y la realidad en persona. “A partir de ahora, seremos el metaverso primero, no Facebook primero. Eso significa que con el tiempo no necesitarás una cuenta de Facebook para utilizar nuestros otros servicios. A medida que nuestra nueva marca empiece a aparecer en nuestros productos, espero que la gente de todo el mundo llegue a conocer la marca Meta y el futuro que representamos”.
La escritora Imogen West-Knights escribe en The Guardian que “después de 17 años, multimillonaria facturación y algunas controversias menores relacionadas con la erosión de la democracia mundial, Facebook ha cambiado su nombre”. Luego, señala que la página de Wikipedia “Críticas a Facebook” tiene una lista de contenidos larguísima, que incluye entradas sobre evasión fiscal y violación de derechos de autor, hasta traumatizar a sus empleados y permitir la publicación de contenidos que niegan varios genocidios.
Según West-Knights, Mark Zuckerberg y su empresa han estado muy ocupados tratando de renovar su imagen, sobre todo a raíz del escándalo de Cambridge Analytica de la plataforma. “Este cambio de nombre probablemente demuestra que son conscientes de que todo se ha vuelto tóxico, y que hacer ruido, como ha hecho últimamente, sobre la comprobación de los hechos de las publicaciones y cerrando fuentes de desinformación no va a ser suficiente para las relaciones públicas”.
La escritora recuerda la antigua tradición de las empresas que cambian de nombre después de un escándalo. “La empresa de seguridad privada Blackwater cambió su nombre dos veces para intentar desvincularse de la matanza de civiles iraquíes. El gigante del tabaco Philip Morris se rebautizó como ‘Altria’, presumiblemente para hacer pensar en el concepto de altruismo y no, por ejemplo, en un cáncer de pulmón terminal”.
La presentación del metaverso de Zuckerberg es calificada por West-Knights como “una de las acciones mediáticas más desalentadoras que he visto nunca”, donde Zuckerberg, con un aspecto más humanoide que nunca, se encuentra en una especie de observatorio reconvertido con vistas al mar. “Gesticula ampliamente con sus manos de esa manera particularmente estudiada, de jefe amistosamente californiano, mientras explica que el metaverso ofrecerá a los usuarios un ‘espacio doméstico’ con vistas a ‘cualquier cosa que encuentres más hermosa’ “.
“No puedo evitar asociar el metaverso de Facebook con una profunda y punzante sensación de temor”, escribe West-Knights, refiriéndose no sólo al concepto en sí, sino al hecho de que Zuckerberg probablemente ya ha tenido suficiente influencia sobre la realidad sin añadir también la realidad virtual a la mezcla.
Según la autora, el cambio de nombre de la empresa parece condenado a fracasar como maniobra para lavar la reputación de Facebook. “Algunas empresas son demasiado grandes para cambiar de marca. Nadie recuerda realmente que la empresa matriz de Google se llama ahora Alphabet. Y algunas empresas están demasiado -cómo decirlo- ligadas al deterioro de todo lo que es bueno y correcto en el mundo”.
Ilustración: YouTube, fotograma