Avaaz, una organización global de derechos humanos, examinó las publicaciones mejor valoradas en Instagram, propiedad de Facebook, con una afirmación viral desmentida según la cual el coronavirus haría que los brazos de los pacientes se volvieran magnéticos por contener metales o posiblemente un microchip.
De las 30 publicaciones de Instagram en español más populares, sólo una recibió una etiqueta de comprobación de hechos. En comparación, aproximadamente la mitad de las 47 publicaciones en inglés, con igual desempeño, contaban con una etiqueta similar.
Una de las publicaciones marcadas por el grupo mostraba a una mujer colocando un imán en su brazo, afirmando que se pegaba en el lugar donde recibió la inyección de la vacuna.
Facebook emplea a terceros para comprobar sus contenidos. Si una publicación recibe una etiqueta de verificación de hechos como falsa, se le quita la prioridad en el feed del usuario.
“Ya debería ser bien sabido que ya no podemos contar con las plataformas de las redes sociales para que se autorregulen y protejan a los usuarios contra las dañinas mentiras antivacunas”, dijo en un comunicado Rebecca Lenn, asesora principal de Avaaz.
Paralelamente, una campaña liderada por Free Press, National Hispanic Media Coalition y el Center for American Process lanzada a principios de este año exige que la compañía intensifique sus esfuerzos para supervisar la moderación de contenidos en español en Estados Unidos y que explique públicamente cómo sus algoritmos están entrenados para auditar y denunciar las publicaciones y la actividad en español.
“Este tipo de hallazgos no son sorprendentes. Es decepcionante porque hemos visto en Facebook, en particular, una supervisión incompetente cuando se trata del idioma español en su plataforma y que permite que la desinformación se extienda a las comunidades latinas”, dice Carmen Scurato, asesora política principal de Free Press, una organización que supervisa la moderación de contenidos en español en Estados Unidos.
Scurato afirma que, aunque la compañía ha realizado modestas mejoras en el último año, es imperativo que Facebook retire los contenidos dañinos en español al mismo ritmo que lo hace en inglés. “Estos son los problemas que hemos estado señalando a Facebook durante casi un año y no hemos obtenido ninguna respuesta clara porque no hay transparencia”, dijo.
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