En 2016, Wetro Lan interpuso una demanda judicial ante un tribunal federal de Texas, Estados Unidos, donde acusaba a Kaspersky Labs De violación de patente. En este contexto, cabe señalar que Texas es considerada una jurisdicción “amigable”, para empresas que basan su modelo de negocios en demandar a terceros por supuestas infracciones a su cartera de patentes, que en la mayoría de los casos han sido adquiridas luego de quiebras u otro cese de actividades.
Mientras avanzaba el trámite judicial, la situación comenzó a revertirse para Wetro Lan, que exigía una indemnización cada vez más reducida como resultado de una contrademanda de Kaspersky Labs. Al constatar que la situación ahora era la inversa, Kaspersky Labs exigió el pago de una indemnización simplemente por aceptar cerrar el caso por la vía extrajudicial.
Según se indica, Wetro Lan ya ha pagado 5000 dólares a Kaspersky Labs, evitándose así un costoso juicio en el que muy probablemente hubiera sido vencida.
Eugene Kaspersky, fundador y CEO de Kaspersky Labs, escribe en el blog de la empresa: “el ataque es la mejor defensa, que en esta oportunidad ha consistido en vencer a un troll de patentes”, agregando “esto es más que una simple victoria; Wetro Lan se retiró con la cola entre las piernas. No sólo obligamos a este troll a retirar su demanda, sino también tuvieron que pagarnos una compensación”. Según Kaspersky, algo similar no ha ocurrido antes.
La patente en cuestión fue registrada en 2000 con el número 7.795.918 y describe el funcionamiento de un cortafuegos, tecnología inventado varios años antes. Esta misma patente fue galardonada en 2015 con el premio “la patente más estúpida del mes”, por la organización de protección de la privacidad Electronic Frontier Foundation.
“Troll de patentes” es, según Wikipedia, un término peyorativo utilizado para hacer referencia a una persona o empresa que impone sus patentes contra uno o más supuestos infractores de manera agresiva u oportunista, a menudo sin la intención de fabricar o comercializar el producto objeto de la patente. Una expresión relacionada, menos peyorativa, es “entidad no practicante” (ENP), que describe a un dueño de patente que no fabrica ni utiliza el invento patentado.
