“Los servicios de inteligencia españoles tienen la fundada sospecha de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) ha rastreado millones de conversaciones telefónicas, SMS o correos electrónicos con origen o destino en España, igual que en Francia o Alemania”, escribe el diario El País en su edición de hoy.
La publicación agrega que “el consuelo” de los servicios de inteligencia españoles es la convicción de que la NSA se ha abstenido, para el caso de España, de espiar a sus políticos, como ha ocurrido con Brasil o México. Según las fuentes consultadas por El País, esta convicción sería compartida por el gobierno de Mariano Rajoy.
A pesar entonces de que el espionaje electrónico estadounidense en España no afecta a las esferas del gobierno y, supuestamente, sólo recaba metadatos, tales actividades infringen flagrantemente las leyes de ese país.
“El problema es que la legislación española, una de las más garantistas del mundo, otorga tanta protección a estos metadatos como al contenido mismo de las conversaciones”, escribe El País, explicando el trasfondo legal del caso, que establece como requisito elemental que cada escucha electrónica esté garantizada por una orden judicial ya que “en otro caso sería delito”.
El País continúa su artículo señalando: “En julio pasado, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, aprovechó su visita a Washington para trasladar a la subsecretaria para Asuntos Políticos, Wendy Sherman, la preocupación española por las filtraciones de Snowden, que demostraban que EE UU no solo había espiado a países hostiles o adversarios sino a aliados y amigos e incluso a instituciones como la UE o la ONU. Sherman se limitó a ‘tomar nota'”.
Las preocupaciones españolas fueron transmitidas al mes siguiente al encargado de negocios de la embajada estadounidense en Madrid, a quien se solicitó a aclarar las actividades de la NSA en España. Según El País, el diplomático habría manifestado su comprensión, aunque reiterando la política de la administración Obama “de no comentar asuntos de inteligencia”. Asimismo, se habría comprometido a “intentar facilitar la información reclamada”. Al respecto, El País remacha: “Exteriores seguía esperando todavía ayer las aclaraciones prometidas”.
La embajada estadounidense en Madrid se negó además a contestar preguntas hechas directamente por El País.
Fuente: El País
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