Una tras una, grandes tiendas de Internet dan cuenta de serios problemas económicos, que las obligan ya sea a realizar fuertes reducciones de personal, a negociar aumentos de capital o, en el peor de los casos, a cerrar las puertas definitivamente.
El viernes 15 de diciembre, la compañía presentó sus resultados trimestrales, que reflejan que la facturación se situó en sólo el 50% de los pronósticos. Con ventas del orden de los 120 millones de dólares, la compañía habrá perdido 80 millones de dólares. Ante The Wall Street Journal, el director de la compañía, Toby Lenk, admitió que “las posibilidades de que la compañía sobreviva se ven reducidas considerablemente”.
Ante la precaria situación, la compañía contrató los servicios de Goldman Sachs, a la cual encomendó considerar salidas estratégicas, tales como venta, fragmentación de la compañía o cierre progresivo. En caso de no encontrar una solución que le permita mantenerse a flote, la compañía deberá cerrar sus puertas en marzo, mes en que se acaba su capital operativo.
Lenk atribuyó parcialmente el bajo nivel de ventas a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que a su juicio “han distraído a todo el país”. Por su parte, diversos analistas consideran que la causa es más bien atribuible a problemas de logística que se arrastran desde el año pasado.
