Como parte de su búsqueda de capital fresco, la compañía de telefonía móvil Nokia ha optado por deshacerse de sus fabulosas instalaciones en la ciudad de Espoo, Finlandia.
La propiedad será transferida por 170 millones de euros, según un comunicado publicado por la empresa el 4 diciembre.
Esta suma es considerablemente inferior a la prevista por la propia empresa, que esperaba recaudar entre 200 y 300 millones de euros.
Según observadores, lo anterior se debe a que en las negociaciones se consideró la posibilidad de que Nokia quiebre, lo que anularía el acuerdo de leasing.
Se convierte en inquilino
La propiedad ha sido adquirida por la empresa finlandesa de inversiones Exilion, que ha firmado con Nokia un acuerdo de leasing de largo plazo.
El director de finanzas de Nokia, Timo Ihamuotila, explicó la operación señalando que ser propietarios no es parte fundamental de los negocios de Nokia y que, cuando se presentó la oportunidad, la empresa había decidido deshacerse de tales bienes.
El emblemático edificio de 48.000 m² está situado en la ribera del Mar Báltico y desde su construcción en 1997 ha sido un símbolo nacional en Finlandia. Sin embargo, la prosperidad de antaño alcanzada por Nokia se ha debilitado considerablemente durante los últimos cinco años y ahora apuesta su futuro al éxito de Windows Phone 8.
Fotografía: The Age
