Aunque el número de ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) se mantuvo relativamente estable en el primer trimestre de 2021, la escala de los mismos creció casi un tercio (31%) de un trimestre a otro, lo que demuestra que esta modalidad de delincuencia informática sigue siendo una gran amenaza para las empresas.
Estas son las conclusiones publicadas en el informe sobre ataques DDoS del primer trimestre de la empresa de ciberseguridad Radware, que sugiere que el mayor incidente fue de 295 Gbps, frente a los 260 Gbps del trimestre anterior. El número de ataques de gran intensidad (a partir de 10 Gbps) se triplicó con creces en el mismo período.
Los ataques DDoS suelen ir seguidos de un intento de extorsión, añade el informe. Los delincuentes suelen ponerse en contacto con la víctima durante el ataque, exigiendo un pago en criptomoneda a cambio de detener la agresión.
Ninguna industria se libró, pero la sanidad ha sido especialmente interesante para los delincuentes, sobre todo debido a que Covid-19 somete a las organizaciones del sector a una mayor presión. Los operadores suelen atacar durante las horas de mayor actividad, para causar el mayor daño y motivar a las víctimas a actuar rápidamente para remediar el problema.
La mitigación en las instalaciones frustró más del 85% de los ataques, mientras que el 5% de los ataques mitigados en la nube representan casi la totalidad (92%) del volumen total y casi el 84% de los paquetes.
Más de la mitad del volumen de ataques tuvo como objetivo HTTPS, mientras que casi una quinta parte (20%) tuvo como objetivo HTTP. DNS y NTP representaron aproximadamente el 10 por ciento del volumen de ataques.
