Boies está manejando el caso desde el punto de vista de la libertad de expresión y difusión. Es decir, coloca la libertad por un lado (libre, individual, comunicación) y la represión (control y reglamentación) por otro. El caso levanta importantes preguntas en cuanto a la medida en que los directorios de Internet quedarán libres para permitir a usuarios individuales el uso de un macrodirectorio para comunicarse y, en algunos casos, compartir archivos sin control o reglamentación alguna.
Según trascendidos referidos por Wired, Boies basará su defensa de Napster en que todo lo que hace un sistema directorio es ayudar a los usuarios a comprometerse en compartir archivos, lo cual es ampliamente practicado en menor escala al grabar audio y video para uso personal. Por lo tanto, Napster hace lo mismo, pero en gran escala, que sólo una red informática como Internet hace posible.
El inicio de la causa contra Napster se iniciará probablemente en julio en San Francisco, California, pero la RIAA y la entidad MPA (The Music Publishers Association) están buscando de antemano un fallo preeliminar contra Napster, que implique la suspensión del servicio.
