El invento es atribuido a un investigador adscrito a Compaq, quien tuvo la idea mientras diseñaba un sistema que redujera el tiempo de carga de las baterías. Al pensar en lo ideal que sería tener una batería que se autocargase, descubrió que la respuesta estaba en el teclado, escribe The Industry Standard.
La idea del inventor es situar un pequeño magneto debajo de cada tecla, haciendo que este cruce un polo de inducción al ser presionada la tecla. El resultado es una minúscula descarga eléctrica con cada digitación. Mediante un acumulador, la descarga obtiene un voltaje mayor al de la batería principal, dirigiéndose luego la energía obtenida a una batería menor mediante un cargador.
Así, la batería pequeña carga a la batería principal reduciendo la necesidad de conexión a la red eléctrica, escribe el inventor en su solicitud de patente.
