VIA Technologies Inc, anuncia que su tecnología avanzada PowerSaver ha sido certificada por el Centro de Certificación Estándar de China (CSC) por su eficiencia energética excepcional.
VIA PowerSaver es la primera tecnología de su clase en recibir el reconocimiento del CSC, y fue elogiada por este organismo por tener usos prácticos en la reducción eficaz del consumo de electricidad del procesador, obteniendo mayor eficiencia energética y beneficios económicos para las empresas y los consumidores.
Como equivalente en China al programa Energy Star de Estados Unidos, el CSC espera promover la eficiencia energética a través de un programa de certificación que recompensa a los diseños que implican ahorro energético y ventajas ecológicas. Anteriormente conocido como Centro de Certificación de China para Productos Conservadores de Energía (CECP), el CSC es una organización no lucrativa que incentiva a los fabricantes para que produzcan productos con eficiencia de recursos y ayuda a los consumidores a tomar decisiones de compra más sostenibles. Considerando el mayor interés que el gobierno central tiene en la eficiencia energética y la creciente preocupación pública por el medio ambiente en China, la aprobación de productos del CSC se está convirtiendo en algo cada vez más importante tanto para los vendedores como para los consumidores.
Para conseguir el objetivo de una sociedad de eficiencia energética, necesitamos no sólo el apoyo del Gobierno y de la comunidad, sino también el de empresas comerciales como VIA con un sentido firme de responsabilidad social, comenta Chun-Yan Zhu, Director del Departamento Técnico del Centro de Certificación Estándar de China. Certificando PowerSaver de VIA, el CSC reconoce que los avances de VIA en el desarrollo de tecnologías de eficiencia energética pueden suponer una contribución significativa al medio ambiente de China al convertirse la informática en algo más ubicuo en nuestra sociedad.
La tecnología PowerSaver de VIA ajusta de forma dinámica la velocidad del reloj del procesador según las demandas de las aplicaciones en funcionamiento. Durante tareas menos intensivas, los procesadores pueden funcionar a bajas frecuencias, de forma que generan menos calor y consumen hasta un 40 % menos de energía que en un funcionamiento de frecuencia fija. Esto no sólo reduce las facturas de electricidad, sino que también ayuda considerablemente a reducir la cantidad de CO2 emitido en nuestro medio ambiente.
