Los investigadores señalan que el experimento tiene como finalidad demostrar que la capacidad de auto reproducirse no está reservada a la biología.
El robot consiste de cuatro cubos cortados diagonalmente en dos con el fin de que puedan rozarse y cambiar de forma. Usando nuevos cubos, los robots pueden crear copias de sí mismos en pocos minutos.
Un robot progenitor se inclina y coloca el cubo superior en la mesa citada a su lado. Este cubo conforma la base para el vástago. El robot progenitor recoge entonces un nuevo cubo y lo coloca en la mesa con la ayuda de imanes encima del primer cubo.
El robot vástago se inclina entonces para ayudar al robot progenitor a colocar los cubos cuando este ya no logra alcanzar la altura necesaria para operar.
Según el director del proyecto, Hod Lipson, los robots se comportan como una suerte de ADN. Su colega Moshe Sipper,, de la universidad Ben-Gurion de Israel, indica que el experimento representa un largo paso hacia los robots del futuro que tendrán capacidades de auto repararse, escribe la Universidad Cornell en su sitio de Internet.
