Con ello, el equipo del mundo, integrado por jugadores de 75 países, debió arrojar la toalla al cabo de 62 movimientos. Con todo, el aserbaiyano Kasparov enfrentó una partida más difícil de lo que él mismo había imaginado, constatándose que sólo al final del juego el equipo del mundo cometió un error grave que le costó medio punto y, con ello, la posibilidad de vencer al campeón.
De hecho, el propio Kasparov declaró en medio de la partida que esta era una de las mejores que había jugado.
El pasado viernes, el 51% de los participantes en el equipo del mundo votó en favor de abandonar la partida, en tanto que el 32% prefería seguir. Desde el inicio del juego, Kasparov llevaba una leve ventaja, a pesar de un ingenioso movimiento usado por el equipo del mundo al comienzo, que el propio Kasparov elogió.
