Las tensiones entre Twitter y el presidente estadounidense Donald Trump aumentaron el 28 de mayo luego que éste amenazara con “regular enérgicamente” la red social o clausularla, por supuestamente silenciar los planteamientos conservadores.
Las amenazas de Trump se producen un día después que Twitter, por primera vez, añadiera una alerta de verificación de hechos a dos de sus tweets. En su estilo habitual, es decir sin aportar pruebas, Trump afirmaba que las papeletas de voto por correo son fraudulentas.
Hoy por la mañana, Trump tuiteó: “los republicanos sienten que las plataformas de redes sociales silencian totalmente las voces de los conservadores. Regularemos fuertemente, o los cerraremos, antes de permitir que esto suceda. Vimos lo que intentaron hacer, y fallaron, en 2016. No podemos dejar que una versión más sofisticada de eso vuelva a suceder.”
Twitter declinó comentar las amenazas del presidente.
Por ahora no está claro qué Trump podría hacer para acabar con las plataformas de redes sociales, aparte de amenazarlas. También vía Twitter, la Catedrática de Derecho Mary Anne Franks dijo que Trump tiene pocos recursos legales contra la decisión de Twitter de verificar sus mensajes porque la compañía tiene el derecho de establecer y hacer cumplir sus propias reglas. “¿Puede un funcionario público tratar de regular o clausurar una entidad privada por no gustarle lo que hizo?”, dijo. “No, justamente de eso nos protege la Primera Enmienda. Esa es la gran ironía de esto”.
Trump publicó las mismas afirmaciones infundadas sobre el voto por correo en Facebook, pero esa red social, a diferencia de Twitter, no ha puesto una etiqueta de advertencia en los mensajes.
Por coincidencia, el miércoles 28 de mayo, el mismo día que Trump amenazó con “regular Twitter”, un tribunal federal de apelaciones desestimó una demanda interpuesta por un grupo conservador que alegaba que Twitter, Facebook, Google y Apple habían conspirado para suprimir puntos de vista conservadores. El tribunal dictaminó que las empresas no son gobiernos, y por lo tanto no pueden violar los derechos de libre expresión protegidos por la Primera Enmienda.
En julio de 2019, Trump organizó la “Cumbre Presidencial de Redes Sociales” en la Casa Blanca, donde dijo: “No vamos a ser silenciados”, acusando a las empresas de medios sociales Facebook, Twitter y Google de “terrible sesgo” en su contra”. La cumbre estuvo compuesta en su mayoría por influencers y usuarios conservadores de redes sociales y supuestamente se centró en la “libertad de expresión”.
Ilustración: Library of Congress vía Unsplash