La Unión Europea ha aprobado la primera regulación global para el mercado de criptomonedas, conocida como la regulación de los Mercados de Criptoactivos (MiCA). Esta regulación, que se espera que entre en vigor el próximo año, impone una serie de reglas a las empresas que operan con criptomonedas. Entre ellas, se exige que cualquier organización que desee emitir, comerciar o almacenar criptoactivos obtenga una licencia para hacerlo en el bloque de las 27 naciones de la UE.
Además de abordar los problemas de licencias, el Consejo de la UE ha adoptado reglas para prevenir el uso de criptomonedas para el lavado de dinero. Estas reglas extienden las regulaciones existentes que requieren cierta información que acompaña la transferencia de fondos para incluir criptoactivos. Como resultado, cualquier organización que se ocupe de la compra o el comercio de criptomonedas deberá recopilar y hacer accesible cierta información sobre el remitente y el beneficiario de las transferencias de criptoactivos, independientemente de la cantidad.
La ministra de Finanzas sueca, Elisabeth Svantesson, ha declarado que esta decisión es una mala noticia para aquellos que han utilizado criptoactivos para actividades ilegales, para eludir las sanciones de la UE o para financiar el terrorismo y la guerra. Según Svantesson, hacerlo ya no será posible en Europa sin exposición, lo que representa un paso importante en la lucha contra el lavado de dinero. Esta parte de las nuevas reglas entrará en vigor en 2026, escribe la UE en un comunicado.
MiCA fue aprobada como parte de un paquete de regulación financiera digital más amplio que incluye la Ley de Resiliencia Operacional Digital, que busca fortalecer los sistemas de TI en las instituciones financieras, y una propuesta para un ensayo de tecnología de libro mayor distribuido en aplicaciones mayoristas.
A pesar de las propuestas iniciales, MiCA no incluye reglas que habrían prohibido el uso de criptomonedas intensivas en energía de prueba de trabajo, como Bitcoin y Ethereum. Estas propuestas fueron eliminadas de una versión preliminar de la regla el año pasado.
La aprobación de MiCA marca su último obstáculo legislativo necesario para su adopción. Svantesson ha destacado la necesidad urgente de imponer reglas que protejan mejor a los europeos que han invertido en estos activos y eviten el mal uso de la industria de la criptografía para fines de lavado de dinero y financiación del terrorismo.