Según el Wall Street Journal, el cambio también se considera internamente como una posible herramienta para combatir la desinformación, ya que las falsedades son más frecuentes en los anuncios dirigidos a un público específico que en las campañas de amplia difusión.
La medida de aumentar el mínimo de 100 a “unos pocos miles” podría ayudar a acabar con los temores de que los candidatos políticos utilicen anuncios políticos “microsegmentados” -enviados a grupos de votantes muy pequeños y bien definidos- para hacer campaña con diferentes mensajes a diferentes distritos electorales. También reduciría la eficacia de la publicidad altamente selectiva basada en la adquisición de grandes cantidades de datos de votantes, como en el caso de las campañas supervisadas por la ya desaparecida consultora Cambridge Analytica.
Esta semana, Google anunció sus propios planes para limitar los objetivos políticos. La compañía bloqueará a los anunciantes para que no utilicen un conjunto de técnicas de segmentación si difunden mensajes políticos. En cambio, en las herramientas de publicidad del buscador, la segmentación se limitará a información demográfica básica como la edad, el sexo y la ubicación aproximada.
Facebook dice que está buscando diferentes maneras de refinar su enfoque de los anuncios políticos.