La prohibición, que entró en vigor el jueves 18 de abril al mediodía, hora británica, no solo afecta a grupos e individuos específicos sino también prohíbe las publicaciones y otros contenidos que “expresen elogios o apoyo” a los mismos, al igual que los usuarios que coordinan el apoyo a los grupos.
El anuncio se suma a una serie de medidas drásticas adoptadas por Facebook, iniciadas en febrero, cuando prohibió al activista de derecha Tommy Robinson bajo las mismas reglas, y continuaron en marzo, cuando revirtió una política de larga data que había permitido a los “nacionalistas blancos” y a los “separatistas blancos” publicar en el sitio, siempre y cuando se abstuvieran de promover la “supremacía de la raza blanca”.
Entre los individuos y cuentas que han sido prohibidos por el sitio figuran British National Party (BNP) y su ex presidente, Nick Griffin; Britain First, su líder, Paul Golding, y su ex vicepresidenta Jayda Fransen; English Defense League (EDL) y Paul Ray, miembro fundador del grupo; Knights Templar International y el activista de extrema derecha Jim Dowson; National Front y su líder, Tony Martin; y el activista de extrema derecha Jack Renshaw, ex portavoz de la organización terrorista proscrita National Action.
En una declaración, Facebook señala: “Bajo nuestra política sobre individuos y organizaciones peligrosas, prohibimos a aquellos que proclaman una misión violenta u odiosa o que están involucrados en actos de odio o violencia. Los individuos y organizaciones que hemos prohibido hoy violan esta política, y ya no se les permitirá estar presentes en Facebook o Instagram. También se prohibirán las publicaciones y otros contenidos que expresen elogios o apoyo a estos grupos o individuos. Nuestro trabajo contra el odio organizado es continuo y seguiremos revisando a personas, organizaciones, páginas, grupos y contenidos en conformidad con los estándares de nuestra comunidad”.
La parlamentaria laborista Yvette Cooper comentó al periódico The Guardian: “Estas medidas son un primer paso necesario, pero además debería haber una regulación independiente, así como sanciones económicas significativas para las empresas que son demasiado lentas para hacer frente a los contenidos ilegales, violentos y extremistas en un plazo de tiempo estricto”. En tal sentido, Cooper concuerda con una reciente propuesta hecha por el propio CEO de Facebook, Mark Zuckerberg. “Todas las empresas deben ser responsables del material que alojan o publican y asumir alguna responsabilidad. Todos sabemos las terribles consecuencias que puede haber si se permite que proliferen los contenidos odiosos, violentos e ilegales”, agregó Cooper.
En una declaración citada por The Guardian, el grupo de extrema derecha Knight Templar International (Caballeros Templarios Internacionales) dijo estar “horrorizado” por la prohibición, y que estaba explorando opciones legales. “Facebook ha considerado que nuestra organización cristiana es peligrosa y nos ha excluido a pesar de no haber cargos, ni menos aún sentencia alguna en contra nuestra”, ha declarado un portavoz. “Este es un acontecimiento que habría hecho sonrojar a los soviéticos.”
La decisión de la compañía de prohibir cinco de las organizaciones de extrema derecha más prominentes de Gran Bretaña demuestra que se ha alejado mucho de su posición anterior sobre este tipo de organizaciones. En 2016, la postura de Facebook era que su plataforma “es utilizada por partidos y partidarios de muchas convicciones políticas para hacer campaña a favor de temas que les apasionan”.
Las acciones de Facebook se producen una semana después de que el gobierno del Reino Unido anunciara un plan para hacer de Gran Bretaña “el lugar más seguro del mundo para conectarse”. En un libro blanco, en el que se esboza el proyecto legal, el gobierno sugiere que plataformas como Facebook sean consideradas responsables no sólo de la eliminación de contenidos ilegales, como la promoción del terror o las imágenes de abuso infantil, sino también de la eliminación de los contenidos denominados “legales pero perjudiciales”, como la desinformación, el acoso cibernético y los contenidos que promueven el suicidio y el autolesionamiento.
Ilustración: Fotograma, reportaje de BBC sobre Britain First en YouTube.
