Otra conclusión dable de mencionar es que ya no son suficientes los lanzamientos en el papel, queriendo decir con ello que, con justicia, los anuncios de procesadores rapidísimos en camino -estrategia usada tanto por Intel como por AMD- ya no son suficientes y sólo causan desinterés e incluso molestia entre los observadores.
El lanzamiento por parte de AMD de un microprocesador que está en condiciones de ejecutar mil millones de ciclos de reloj por segundo sin duda ha causado sorpresa y algo de bochorno en Intel, compañía que hasta ahora ha ocupado el liderazgo en la industria. Del mismo modo, la noticia hace que AMD adquiera un grado de autoconfianza tal, que le permita llevar a efecto una política de precios más agresiva y distinta a la actual, que resulta en que siempre cobra por sus productos un precio inferior a los equivalentes de Intel.
Por ejemplo, durante un foro para desarrolladores realizado durante febrero, Intel anunció un microprocesador de 1,5 Gigahertz, aunque sin proporcionar una fecha concreta de lanzamiento y precisando que se trataba de un producto aún en etapa de desarrollo. Algo parecido hizo también AMD, situación que ya comienza a causar un cierto cansancio entre observadores, que consideran que ya no amerita demasiado interés la presentación de productos calificables de demos, prototipos o versiones beta.
