TikTok, la popular plataforma de videos cortos, ha conquistado principalmente a los usuarios jóvenes de redes sociales, acumulando casi mil millones de usuarios, a quienes proporciona innumerables horas de entretenimiento. A medida que la aplicación continúa dominando el panorama de las redes sociales, es crucial examinar la influencia de TikTok y sus posibles consecuencias.
TikTok ha enfrentado múltiples acusaciones de representar riesgos de seguridad significativos para sus usuarios. La preocupación principal gira en torno a las prácticas de recolección de datos de la aplicación, que han sido criticadas por ser excesivamente intrusivas. TikTok recopila una gran cantidad de información de los usuarios, incluida la identificación del dispositivo, los datos de ubicación y los patrones de comportamiento. Si bien este nivel de recolección de datos no es inusual en las plataformas de redes sociales, los críticos argumentan que el alcance de la recopilación y almacenamiento de datos de los usuarios por parte de TikTok es alarmante.
La popularidad de TikTok se debe en parte al algoritmo de recomendación que impulsa su feed principal, la página “Para ti”. La aplicación parece tener una habilidad sorprendente para descubrir lo que gusta a los usuarios, a quienes de esa forma cautiva. La ventaja clave de la aplicación es su capacidad para crear un perfil psicológico y de intereses detallado de los usuarios que desplazan por videos interminables, dejando un rastro de datos reveladores. Este comportamiento de desplazamiento genera, a su vez, una retroalimentación precisa y rápida de cada video.
Además, la propiedad de TikTok por parte de la empresa china ByteDance ha generado preocupaciones en la comunidad internacional. Las leyes de seguridad chinas requieren cooperación con el estado, incluida una ley de seguridad nacional de 2017 en China que exige que las organizaciones y los ciudadanos “apoyen, asistan y cooperen con el trabajo de inteligencia estatal”. Esto ha aumentado aún más las preocupaciones de que la información del usuario pueda ser accesible por parte del gobierno chino con fines de vigilancia.
En teoría, los datos personales obtenidos de la aplicación podrían ser utilizados por el gobierno chino para 1) perfilar a usuarios que, por ejemplo, trabajen para gobiernos extranjeros; 2) infectar el dispositivo de un usuario; y 3) el Partido Comunista chino interviniendo en el algoritmo atractivo de la aplicación para manipular el contenido de la página “Para ti” y, por lo tanto, la opinión pública.
Todas estas inquietudes han llevado a algunos gobiernos a considerar prohibir TikTok, siendo India el primer país en hacerlo en junio de 2020. Varios países, incluidos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, así como el brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, han prohibido el uso de la aplicación en teléfonos gubernamentales.
El Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos, un organismo gubernamental de EE. UU. que, entre otras cosas, revisa las inversiones extranjeras cuando hay motivos de seguridad nacional, ha decidido que los vínculos de TikTok con China representan un riesgo de seguridad inaceptable de interferencia estatal, y ha ordenado a ByteDance, la empresa matriz de TikTok con sede en Beijing, que se desprenda de la aplicación o enfrente una prohibición.
Además de las preocupaciones sobre la privacidad de los datos, el algoritmo de la aplicación ha sido criticado por su potencial de ser explotado por actores malintencionados. El sistema de recomendación de contenido de TikTok está diseñado para mantener a los usuarios cautivos, llevándolos a menudo por caminos de contenido cada vez más especializado. Esta función ha sido utilizada por actores maliciosos para difundir desinformación, discursos de odio y contenido extremista, manipulando el algoritmo para llegar a un público más amplio.
Dimensión política
Las controversias en torno a TikTok no se han limitado a los riesgos de seguridad. La aplicación también se ha enredado en una maraña de tensiones geopolíticas. En los Estados Unidos, el ex presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva en agosto de 2020 que buscaba prohibir TikTok a menos que fuera vendida a una empresa estadounidense. La medida fue vista ampliamente como un intento de contrarrestar la creciente influencia tecnológica de China.
Sin embargo, los críticos sostienen que colocar a TikTok en un cepo mientras se pasan por alto las prácticas de recolección de datos de gigantes tecnológicos estadounidenses como Facebook y Google es hipócrita. Este argumento sugiere que la dimensión política del debate sobre TikTok es menos acerca de preocupaciones genuinas de seguridad y más sobre una lucha geopolítica más amplia por la supremacía tecnológica entre Estados Unidos y China.
El argumento de la hipocresía también se aplica a los chinos. Si bien se queja de las cortapisas a TikTok, el gobierno chino ha mantenido durante años una rígida postura en contra de las aplicaciones occidentales, imponiendo sus propias prohibiciones y restricciones. Varias aplicaciones occidentales como Facebook, Google, Instagram, Twitter y Snapchat, han enfrentado prohibiciones totales o parciales en China. La estricta política de censura de internet del gobierno chino, conocida como el “Gran Cortafuegos de China”, ha bloqueado efectivamente el acceso a estas plataformas. Esto ha llevado al surgimiento de alternativas locales como WeChat, Sina Weibo y Baidu que operan bajo la atenta mirada del gobierno chino. Esta práctica de bloquear y prohibir aplicaciones en ambos sentidos es indicativa de la continua división tecnológica e ideológica entre Oriente y Occidente, e ilustra aún más las complejidades políticas que sustentan el panorama digital global.
Conclusión
El rápido ascenso de TikTok como actor dominante en redes sociales ha traído consigo numerosos problemas de seguridad y controversias políticas. Si bien el algoritmo de recomendación y múltiples contenidos disponibles en la plataforma han cautivado a los usuarios, el alcance de la recolección de datos y el potencial de explotación por actores malintencionados exigen un mayor escrutinio. Además, la propiedad china de la aplicación ha intensificado las tensiones geopolíticas, ya que tanto Oriente como Occidente luchan con problemas de supremacía tecnológica y divisiones ideológicas.
A medida que TikTok continúa moldeando el panorama de las redes sociales, es crucial que los usuarios, gobiernos y organismos reguladores, incluidos los latinoamericanos, consideren cuidadosamente las implicaciones de las prácticas de recolección de datos de la plataforma, los posibles riesgos de seguridad y el contexto político subyacente. Al hacerlo, pueden encontrar un equilibrio entre preservar la privacidad del usuario, mantener la seguridad nacional y fomentar la libertad de expresión. La conversación en torno a TikTok sirve como recordatorio de que el panorama digital global no solo está moldeado por la tecnología, sino también por la compleja interacción de política, poder e ideología.
Por Héctor Pizarro, redactor jefe, Diario TI
