El propio remitente elige el tiempo de exposición que la fotografía enviada tendrá en el smartphone o tableta del destinatario, con un máximo de 10 segundos. Según Snapchat, al cerrarse la ventana de visualización, la fotografía es eliminada definitivamente.
Al igual que con cualquier dispositivo técnico, casi siempre es posible diseñar soluciones que permitan utilizar el servicio de manera distinta al que fue concebido. Para el caso de Snapchat, se trata de una app que permite recuperar las fotografías borradas.
En efecto, todos los datos enviados o generados por un smartphone son almacenados en carpetas ocultas. Sin embargo, mediante software especializado es posible acceder al contenido de las mismas. Hasta ahora, una alternativa para conservar las fotografías recibidas vía Snapchat ha sido tomar una captura de pantalla. Sin embargo, en tal caso el remitente es notificado de la captura por el propio software.
El tema tiene un trasfondo social grave. En muchos casos, adolescentes intercambian fotografías intimas, que al hacerse públicas pueden ocasionarles un gran perjuicio personal. Así, una foto intercambiada entre dos novios adolescentes puede terminar en sitios pornográficos o ser utilizada para extorsionar a la víctima.
Cuando una fotografía comienza a ser distribuida en Internet es extremadamente difícil eliminarla definitivamente. En muchos casos, los organismos policiales no tienen la capacidad de investigar las denuncias de las víctimas, y en otros casos no tienen autoridad y jurisdicción para eliminarlas, al tratarse de servidores internacionales.
La principal recomendación para evitar tales dificultades es la siguiente: si usted desea evitar que sus fotografías intiman sean distribuidas por Internet sin su autorización, evite enviarlas. Otra recomendación es “si la fotografía no puede ser publicada abiertamente en comunidades como Facebook, entonces es una fotografía que es mejor no distribuir”.
Ilustración: Sitio de Snapchat
