Sam Altman imagina un futuro en el que la IA se aproxime al razonamiento humano

Los debates éticos y filosóficos se intensifican a medida que la IA, incluida ChatGPT, avanza hacia la superación de la inteligencia biológica.

En una reciente entrevista con el Wall Street Journal, Sam Altman, CEO de OpenAI, exploró el futuro de la inteligencia artificial (IA) y el camino hacia la inteligencia general artificial (AGI). Altman destacó que modelos de IA como GPT-3 y sus sucesores están evolucionando para requerir menos datos de entrenamiento y centrarse más en las capacidades de razonamiento. Este cambio anticipa una nueva era en la que los procesos de razonamiento de la IA podrían parecerse mucho a la lógica y la intuición humanas.

La Inteligencia Artificial General, descrita por Altman como un sistema capaz de generalizar en muchos dominios de forma equivalente al funcionamiento humano, se ha convertido en el objetivo principal de la OpenAI. Este compromiso ha provocado un cambio en la visión y los principios éticos de la organización. El lanzamiento de ChatGPT supuso un hito importante, y las iteraciones posteriores, como GPT-4 y GPT-4V, han difuminado aún más la línea que separa las capacidades humanas de las de la IA.

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La dedicación de OpenAI al desarrollo de AGI desde 2018 ha dado como resultado modelos lingüísticos a gran escala como ChatGPT, con capacidades de comprensión intuitiva, abstracción y formación de opiniones que antes se creían inalcanzables en la IA. Este logro ha suscitado debates sobre cuestiones filosóficas profundas, como si la inteligencia puede existir sin conciencia y si en las máquinas reside un “alma”.

Un tema polémico tratado en la entrevista es el uso de datos para entrenar modelos de IA. Ante la preocupación por la privacidad de los datos, Altman hizo hincapié en el compromiso de OpenAI de utilizar datos con los que la gente se sienta cómoda y de replantearse la propiedad de los datos y los flujos económicos en este nuevo mundo de la IA.

Altman se mostró optimista sobre el potencial de la IA, imaginando un mundo posterior a la IA en el que los humanos y la IA coexistan simbióticamente, beneficiándose mutuamente de sus puntos fuertes. Sin embargo, esta perspectiva no es compartida universalmente en la comunidad de la IA, y algunas personalidades del sector advierten de los riesgos de la AGI y de una dependencia excesiva de la IA.

A medida que la IA avanza hacia el reflejo del pensamiento humano, se intensifican los debates éticos y filosóficos. Altman afirmó que OpenAI se compromete a hacer del desarrollo de la IA un esfuerzo colectivo que respete los deseos de la sociedad. Las implicaciones filosóficas crecen a medida que la IA, incluido el ChatGPT, evoluciona, superando potencialmente la inteligencia biológica y planteando preguntas sobre la naturaleza de la creación de la IA.

Ilustración: Diario TI vía Midjourney


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