El artículo profundiza en el impacto y las implicaciones de esta tendencia emergente, examinando cómo las universidades están navegando en este nuevo territorio, y analizando las ventajas y desafíos potenciales de la incorporación de IA en el proceso de evaluación académica.
La publicación escribe que con la temporada de exámenes en marcha, los estudiantes pueden verse tentados a recurrir a nuevas herramientas de inteligencia artificial (IA) como ChatGPT para obtener una ventaja en las evaluaciones. Los centros de educación superior, incluida la Universidad de Bath, intentan comprender las capacidades de estas aplicaciones de IA y proporcionar orientación sobre su uso.
James Fern, académico de la Universidad de Bath, situada en el sur de Inglaterra, se preguntó si ChatGPT podría ser utilizada por los estudiantes para responder preguntas de evaluación académica. Fern descubrió que ChatGPT maneja muy bien las preguntas de opción múltiple, pero que no tiene el mismo desempeño al tratarse de preguntas más complejas que requieren un pensamiento crítico.
Según Fern, hay señales evidentes de que las respuestas proporcionadas por ChatGPT no fueron escritas por un estudiante. Aunque a primera vista las respuestas parecen bien redactadas y profesionales, aunque salta a la vista que algunas de las afirmaciones se asemejan más a las de un estudiante de secundaria que a las de un universitario. Además, ChatGPT tiene la tendencia de repetir la fraseología exacta de la pregunta en sus introducciones y conclusiones.
Además, y considerando que en el trabajo académico es imprescindible citar las fuentes, se ha detectado que ChatGPT en muchas oportunidades simplemente inventa las fuentes de información. “Parecen perfectas, tienen los nombres correctos de autores, los nombres correctos de revistas, los títulos suenan muy sensatos, pero simplemente no existen”, dice Fern.
Desde que ChatGPT fue puesta a disposición del público en noviembre pasado, muchos estudiantes han estado inseguros sobre cuándo pueden y cuándo no pueden usarlo. “Podría estar tentado a usar ChatGPT… pero actualmente, tengo demasiado miedo porque puedes ser descubierto”, dice un estudiante, citado por la BBC en su artículo.
Kim Watts, profesora de marketing, considera a ChatGPT simplemente “otra herramienta en la caja de herramientas”. Watts sugiere que los estudiantes que quizás no saben por dónde empezar pueden recurrir a ChatGPT para obtener ideas. Sin embargo, advierte que las respuestas de ChatGPT no son lo suficientemente detalladas y no muestran aprendizaje ni pensamiento crítico.
A pesar de los beneficios, la velocidad a la que evoluciona la tecnología presenta un desafío para las universidades. Chris Bonfield, jefe de un equipo que ayuda a diseñar evaluaciones en la Universidad de Bath, afirma que “esta herramienta no va a desaparecer”.
Por último, la Agencia de Garantía de Calidad, que revisa los estándares en las universidades del Reino Unido, insta a estas a equipar a los estudiantes con habilidades de IA que puedan llevar consigo al mundo laboral. En tal sentido, ha pedido a las universidades explicar a los estudiantes cómo y cuándo debería utilizarse la IA, y a adaptar los cursos cuando sea apropiado.
Con la mayoría de las universidades, como la Universidad de Bath, todavía elaborando políticas sobre ChatGPT y otras herramientas de IA, muchos profesores están volviendo a realizar exámenes presenciales y supervisados. Bonfield dice que la “suposición predeterminada” es que los estudiantes no deberían estar utilizando ChatGPT este año. Y, si el personal decide permitirlo, deberían establecer claramente sus expectativas.
