Huawei ha estado bajo una presión creciente a nivel mundial, bajo sospechas de que podría asistir al gobierno chino en labores espionaje contra gobiernos y organizaciones de todo el mundo. Si bien todas las empresas chinas están obligadas a cooperar con el gobierno, Huawei ha sido acusada de tener vínculos mucho más estrechos con la comunidad de inteligencia china que la mayoría de las empresas de ese país.
El 30 de junio, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. (FCC) calificó formalmente a Huawei y a ZTE como amenazas a la seguridad nacional para la integridad de las redes de comunicaciones de EE.UU. o la cadena de suministro de comunicaciones.
A pesar de las continuas presiones de los Estados Unidos para excluir a Huawei, el gobierno británico optó en enero pasado por incluir a la empresa china en una capacidad limitada al 35% de su infraestructura 5G. Sin embargo, los recientes acontecimientos han obligado al Reino Unido a replantearse el tema. Por una parte, funcionarios de EE.UU. han advertido en repetidas ocasiones que la inclusión de Huawei obligaría a los EE.UU. a reconsiderar el intercambio de inteligencia y activos militares con el Reino Unido. Los EE.UU. también han hecho esfuerzos para restringir el suministro de semiconductores a Huawei.
La segunda lectura es que la situación posiblemente debilitada de Huawei compromete su capacidad tecnológica. Según el periódico británico The Guardian, el Secretario de Cultura Oliver Dowden declaró ante un comité de defensa que “dado que las sanciones están dirigidas a los 5G y son extensas, es probable que tengan repercusiones en la viabilidad de Huawei como proveedor de la red 5G”
En tal sentido, fuentes del Gobierno declararon a The Guardian que una preocupación particular es que Huawei pase a depender de componentes desconocidos y no probados, que podrían ser explotados para una vigilancia masiva o específica por parte de Beijing y otros.
En la sesión parlamentaria, el diputado conservador Mark Francois, declaró: “¿Nos está diciendo que todavía hay una posibilidad de que permitamos que una compañía efectivamente propiedad del partido comunista chino tenga un papel significativo en nuestra red de telecomunicaciones?”
Dowden añadió que la revisión de emergencia encargada al Centro Nacional de Seguridad Cibernética (NCSC) había “prácticamente terminado” en cuanto a la determinación del impacto técnico, y el ministro dijo que él y los especialistas “estaban pasando por las últimas etapas del mismo” para determinar la respuesta política.
Según The Guardian, Victor Zhang, vicepresidente de Huawei, dijo que Huawei “seguía comprometido con el Reino Unido, donde estamos invirtiendo miles de millones para hacer realidad la visión del primer ministro de un ‘reino conectado’ para que las familias y las empresas británicas tengan acceso a redes móviles y de banda ancha rápidas y fiables dondequiera que vivan”.