Cuatro razones por las que Harmony OS no resolverá los problemas de Huawei

Bajo la fuerte presión comercial derivada de la prohibición del gobierno de EE.UU., Huawei anunció recientemente su nuevo sistema operativo Harmony. Similar a Android, el nuevo SO puede funcionar en múltiples tipos de dispositivos, con asombrosos parámetros de rendimiento y seguridad. ¿Pero es suficiente?

En un artículo de opinión escrito por Kamal A Munir, Profesor Asociado de Estrategia y Política, Cambridge Judge Business School y Hamza Mudassir, Visiting Fellow in Strategy, Cambridge Judge Business School, publicado por The Conversation, ambos catedráticos afirman que el meteórico ascenso de Huawei en el negocio de las telecomunicaciones se interrumpió de forma dramática en abril, cuando el gobierno de los EE.UU. prohibió a las empresas estadounidenses hacer negocios con la firma china, entre otras. Esto incluye a Google y, de manera crucial para los usuarios de smartphones marca Huawei, acceso a las actualizaciones del sistema operativo Android.

“El anuncio del sistema operativo Harmony de Huawei fue un alivio muy necesario para los propietarios de teléfonos inteligentes Huawei, que han estado justificadamente preocupados de que sus costosas adquisiciones se volvieran obsoletas con mayor rapidez”, escriben los autores, según los cuales un nuevo y mejorado sistema operativo Huawei que pueda reemplazar fácilmente al sistema operativo Android en los teléfonos Huawei ayudará a eliminar la dependencia de la empresa respecto de la tecnología de Google.

Los autores presentan luego cuatro razones por las que el nuevo sistema operativo de Huawei no es “una solución mágica” a los problemas de la empresa:

1 — Escasez de aplicaciones

“La mayoría de los usuarios no tienen idea de lo que hace un sistema operativo”, escriben Munir y Mudassir, explicando que los desarrolladores de aplicaciones apuntan a sistemas operativos con grandes bases de usuarios, ya que esto les permite recuperar sus costes de desarrollo con mayor rapidez. “Nadie está interesado en sistemas operativos con pequeñas cuotas de mercado”.

“Aunque Huawei teóricamente puede migrar a todos sus usuarios a su nuevo sistema operativo, las aplicaciones asociadas tendrían que ser modificadas, ya que el sistema operativo Harmony no es compatible con Android. Con más de 2 millones de aplicaciones en la Play Store de Google, se necesitaría mucha paciencia y mucho dinero para convencer a los desarrolladores de aplicaciones de que migren sus aplicaciones de Android a Harmony y las mantengan actualizadas”.

2 — Bloqueo

“Cambiar de sistema operativo es mucho más difícil ahora que en el pasado. Un sistema operativo móvil genera y almacena la mayoría de sus contraseñas personales en línea, lleva una versión virtual de su tarjeta de crédito para facilitar el gasto, realiza copias de seguridad de todos los vídeos e imágenes en las respectivas nubes de los usuarios y mucho más”, escriben los autores, que mencionan las dificultades que experimentó BlackBerry cuando intentaba migrar aplicaciones a su propio sistema operativo. “Hasta ahora, mover toda esa información a través de los sistemas operativos móviles ha sido un proceso quebrantado. Incluso las aplicaciones de transferencia dedicadas de Apple y Samsung no lo han hecho a la perfección por diversas razones estratégicas, de seguridad y técnicas. Con un tercer sistema operativo en juego, esto no mejorará”, concluyen. 

3. – La prohibición comercial va más allá de Android

Los autores recuerdan a los lectores que la prohibición comercial contra Huawei está en pleno vigor para todas las empresas estadounidenses y no sólo para Google. Esto significa que aplicaciones como Facebook, Amazon, Uber, eBay y Paypal, entre otras, no pueden portarse al nuevo sistema operativo sin una licencia especial. “Con el aumento de las tensiones comerciales entre los EE.UU. y China, las posibilidades de que estas empresas obtengan una licencia de este tipo en un futuro próximo parecen escasas”. 

4 — Impacto en las actividades no móviles

“Dada la naturaleza dramática y muy pública de la prohibición estadounidense contra Huawei, su impacto financiero probablemente afectará el negocio de equipos de telecomunicaciones de Huawei en todas partes”. Para los consumidores y los gobiernos cada vez más preocupados por la privacidad y la protección de datos, trabajar con un proveedor de tecnología en medio de una controversia no es exactamente reconfortante. Para Huawei, el lanzamiento de un nuevo sistema operativo móvil no ayudará a resolver ese problema y seguirá presionando a las exportaciones del gigante tecnológico fuera de China”, afirman los catedráticos en su artículo. 

“El gobierno chino puede hacer más que cualquier otro país para ayudar a Huawei a salir de este aprieto, pero no lo suficiente. Dado el propio ecosistema de aplicaciones altamente populares de China, los usuarios de ese país no se verán tan afectados. Pero fuera de China es una historia diferente”, indican Munir y Mudassir en su análisis.

Los autores añaden que incluso si el gobierno chino tomara represalias prohibiendo a Apple y cediendo su decreciente cuota de mercado a Huawei, eso aún no resolvería el enigma global de la empresa: “Huawei estaba a la vanguardia de la marcha de China hacia el dominio tecnológico, pero la prohibición comercial de Donald Trump la ha detenido. Resignarse a Huawei significaría dejar escapar la dependencia del mundo en la tecnología estadounidense, algo que los Estados Unidos no están dispuestos a permitir”, escriben los profesores Kamal A Munir y Hamza Mudassir.


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