Nvidia se enfrenta a una demanda por derechos de autor presentada por tres autores que alegan que su trabajo se utilizó para entrenar la IA conversacional de la empresa sin su consentimiento, uniéndose así a una creciente lista de casos de derechos de autor de IA generativa.
Tres autores, Stewart O’Nan, Abdi Nazemian y Brian Keene, han interpuesto una demanda contra Nvidia por derechos de autor alegando que su trabajo se utilizó para entrenar la IA conversacional de la empresa, NeMo, sin su consentimiento o conocimiento. La demanda es uno de varios casos recientes relacionados con la IA generativa y la violación de los derechos de autor.
Las plataformas de IA conversacional como NeMo necesitan grandes cantidades de datos para aprender y reproducir textos similares a los humanos. Según se informa, el conjunto de datos utilizado para desarrollar NeMo contenía más de 190.000 libros. A medida que la IA generativa sigue creciendo, con unos ingresos que, según GlobalData, superarán los 33.000 millones de dólares en todo el mundo en 2027, los derechos de autor siguen siendo un tema polémico.
Beatriz Valle, analista principal de GlobalData, cree que las disputas sobre derechos de autor persistirán hasta que tanto el ámbito tecnológico como el jurídico se adapten a los retos que plantea la IA generativa. Se espera que las decisiones judiciales desempeñen un papel importante en la configuración del uso futuro de la IA generativa por parte de las empresas.
Valle ve el caso Nvidia como el último ejemplo de una serie de pleitos que continuarán hasta que compensar a los autores y artistas por sus contenidos se convierta en la norma. Subraya la importancia de tener en cuenta el trabajo de los autores y los derechos de propiedad intelectual, y señala que la profesión jurídica debe ponerse al día con las realidades de la tecnología moderna.
Esta demanda forma parte de una tendencia más amplia de desafíos legales a los que se enfrentan las tecnologías de IA generativa. Desde julio de 2023, varios autores han emprendido acciones legales contra empresas de IA, entre ellas OpenAI, por infracciones similares de los derechos de autor.