El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) ha hecho una acusación grave: la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. (NSA) habría utilizado un malware desconocido para explotar las vulnerabilidades de ‘puerta trasera’ en los teléfonos Apple. Según el comunicado del FSB, la NSA habría llevado a cabo una operación encubierta dirigida específicamente a estos fallos de seguridad.
Según información de Reuters, El FSB, que es el principal organismo sucesor del KGB soviético, asegura que miles de iPhones, incluyendo los de ciudadanos rusos, han sido afectados. Añade que los teléfonos de diplomáticos extranjeros en Rusia y en los antiguos territorios soviéticos también habrían sido atacados, implicando a dispositivos de representantes de países miembros de la OTAN, Israel, Siria y China.
Ni Apple ni la NSA se han pronunciado aún sobre la materia. Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Rusia ha presentado su propia teoría, alegando que el supuesto complot revela una estrecha colaboración entre la NSA y Apple. Sugiere que la recolección clandestina de datos se realizó a través de vulnerabilidades en los software de los teléfonos móviles fabricados en los EE.UU.
El Ministerio de Exteriores acusa a las agencias de inteligencia de EE.UU. de recurrir a los gigantes tecnológicos para recopilar datos a gran escala de los usuarios de internet, frecuentemente sin su conocimiento. Estas afirmaciones surgen en un momento en que EE.UU. se considera la principal potencia mundial en ciberseguridad, según el Índice de Potencia Cibernética 2022 del Centro Belfer de la Universidad de Harvard.
Mientras tanto, los funcionarios rusos han cuestionado la seguridad de la tecnología de EE.UU., y el Kremlin ha instado a los funcionarios que preparan las elecciones presidenciales de Rusia en 2024 a abstenerse de usar iPhones de Apple. Este reciente descubrimiento del FSB aviva el debate sobre la supuesta cooperación entre los gigantes tecnológicos y las agencias de inteligencia, así como sobre la ética de la vigilancia, la privacidad de los datos y la geopolítica de la ciberguerra.