Aunque Equifax reconoció públicamente el 7 de septiembre la brecha que resultó en la filtración de datos de 145 millones de estadounidenses y cientos de miles de británicos y canadienses, esta ocurrió meses antes. El perjuicio económico resultante del incidente es desglosado de la siguiente manera: $55,5 millones en gastos asociados a productos, US$17,1 millones en respuesta ante la brecha y contratación de servicios profesionales y US$14,9 en soporte al cliente.
Equifax calcula que en los meses siguientes deberá incurrir en gastos adicionales que oscilarán entre los US$56 millones y los US$110 millones. Cabe señalar que estas proyecciones no incluyen indemnizaciones por demandas colectivas.
Luego del anuncio de septiembre, la empresa despidió la CSO Susan Mauldin y al CIO David Webb. Posteriormente anunció su dimisión el CEO Richard Smith, quien recibió una compensación de US$90 millones.