El jueves 26 de diciembre, un tribunal germano dictaminó que la empresa estadounidense carece de la licencia necesaria para ofrecer servicios de transporte de pasajeros utilizando coches de alquiler, según informaron medios de comunicación alemanes.
Esto ocurre después de que Uber perdiera el mes pasado su licencia para operar en Londres por segunda vez después de que Transport for London (TfL) detectara más de 14.000 viajes de conductores no autorizados a finales de 2018 y principios de 2019, y afirmara que había puesto en peligro la seguridad de los pasajeros. Uber también había perdido brevemente su licencia de Londres en 2017 por motivos de seguridad.
En Alemania, sin embargo, Uber ha estado activa en siete ciudades, incluyendo Frankfurt, Berlín y Munich, cooperando exclusivamente con empresas de alquiler de coches y sus conductores autorizados. El veredicto es efectivo inmediatamente pero puede ser apelado.
“Evaluaremos el fallo del tribunal y determinaremos los próximos pasos para asegurar que nuestros servicios en Alemania continúen”, dijo un portavoz de Uber citado por Heise Online, agregando que Uber cambiará ahora su forma de operar en Alemania. La empresa considera además presentar un recurso contra el fallo.
El dictamen judicial fue bien recibido por el demandante, Taxi Deutschland, que dijo que buscaría una aplicación provisional inmediata.
Según se informa, el fallo significa que Uber tendrá que pagar multas que empiezan en 250 euros por trayecto y llegan hasta los 250.000 euros por trayecto en caso de reincidencia.
Aparte de Londres y ahora Alemania, Uber está experimentando dificultades en varios países. Por ejemplo, ha sido clausurado en Copenhague y en Hungría.
En Chile, país donde opera ilegalmente, Uber intenta capitalizar el estallido social iniciado en octubre mediante una campaña mediática con eslóganes disparatados como “Sabemos que ha estado difícil moverse. Pero también, que no podemos dejar de hacerlo y que hoy todos queremos, más que nunca, avanzar, juntos, sin dejar a nadie atrás”.
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