En declaraciones a Financial Times, Brad Smith, Consejero General y Vicepresidente Ejecutivo para Asuntos Legales y Corporativos de Microsoft, señaló que “es preciso que la gente sepa si sus datos están sujetos a las leyes, y escrutinio, de gobiernos de otros países, y así tener la posibilidad de tomar decisiones informadas sobre la ubicación de sus datos”.
En tal sentido, Smith anunció que los clientes de Microsoft podrán decidir dónde almacenar su información, eligiendo entre una serie de centros de datos internacionales de la empresa. Por ejemplo, un cliente europeo podría decidir que sus datos sean almacenados en el centro de datos que la empresa tiene en Irlanda, según explicó. “El escándalo generado por la vigilancia ilícita de Internet por parte de la NSA, como asimismo sus escuchas telefónicas, han causado tensiones entre Estados Unidos y algunos de sus aliados más cercanos”, escribe Financial Times. Las reacciones fueron especialmente airadas en Brasil y Alemania.
De esa forma, Microsoft da seguimiento a un anuncio hecho en diciembre por el propio Smith, máximo responsable de asuntos legales de Microsoft, cuando sorprendió a la opinión pública al señalar que el espionaje gubernamental constituye una posible “amenaza permanente y avanzada, igual de grave que el software maligno y los ciberataques”. La conclusión, inevitable, fue que las autoridades estadounidenses habían colocado a sus gigantes tecnológicos, como Microsoft, Google, Facebook, Apple y otros, en una situación en extremo complicada al conocerse las filtraciones de Edward Snowden.
El anuncio hecho ayer por Microsoft fue bienvenido por organizaciones defensoras de la privacidad, aunque algunos críticos han cuestionado la eficacia de la medida, debido a que las empresas tecnológicas estadounidenses están obligadas a entregar información sobre usuarios específicos cuando así lo requiere un tribunal secreto estadounidense, independientemente del lugar donde los datos estén almacenados.
Al respecto, Jeff Chester, activista estadounidense pro privacidad, señaló a Financial Times que se trata de un paso en la dirección correcta, debido a que “al tener la información fuera de territorio estadounidense, y sujeta a leyes locales de protección de datos, se hace más difícil el acceso ilícito de la NSA a los mismos”.
Brad Smith, por su parte, declaró que “actualmente, la tecnología requiere que los usuarios tengan un alto grado de confianza en los servicios que están usando. Los eventos del año pasado socavaron parte de esa confianza y es una de las razones que justifican nuevas medidas de reparación”.
Smith agregó que Estados Unidos y la Unión Europea deberían considerar la firma de un acuerdo internacional que obligue a ambas partes a desistir de obtener datos en el territorio de la contraparte por conducto de compañías tecnológicas.
Ilustración: Maksim Kabakou (c) / Shutterstock.com y Brad Smith (c) Microsoft. Edición: Diario TI