En 2015, y como resultado de una denuncia interpuesta por el buscador dominante en Rusia, Yandex, las autoridades de ese país iniciaron una investigación judicial contra Google, por supuestas prácticas monopolistas. El 17 de abril se anunció un acuerdo extrajudicial mediante el cual Google renuncia al derecho a decidir la modalidad de distribución de su sistema operativo móvil en Rusia.
El acuerdo implica que a partir de ahora, Google deberá aceptar la instalación de aplicaciones y servicios de terceros, incluyendo alternativas para Google Play y su propio buscador, en dispositivos distribuidos en Rusia.
Google pierde además la facultad que ha tenido para decidir la ubicación de sus propias aplicaciones en la pantalla de inicio de dispositivos operados con Android. Para el caso de aparatos que ya han sido vendidos y distribuidos en Rusia, Google deberá implementar una opción donde los usuarios puedan decidir entre navegadores distintos a Google Chrome.
Aunque se reconoce que Google ofrece su sistema operativo móvil de manera gratuita, en formato open source, a todos lo interesados en desarrollar soluciones propias, la empresa estipula distintas obligaciones a los fabricantes de productos electrónicos, que tienen como objetivo final dirigir a los usuarios hacia sus propios productos financiados por publicidad.
A las dificultades que tiene en Rusia se suma a una investigación similar que Google enfrenta en la Unión Europea. En noviembre pasado, Google publicó una declaración pública donde indica que la Comisión Europea no entiende sus propios sondeos, desconociendo así que Android, de hecho, compite con iOS.