Según información extraoficial referida por el periódico Seoul Economic Daily, Samsung Electronics considera escindirse en dos unidades como resultado de presiones financieras y políticas, que se suman a las dificultades experimentadas recientemente por su dispositivo Galaxy Note 7.
2016 ha sido un año difícil para el gigante surcoreano, principalmente debido a las baterías defectuosas de su producto estrella Galaxy Note 7. Aparte del daño a su imagen, la empresa deberá asumir pérdidas de US 5,3 mil millones.
Según un reciente informe, las dificultades de Samsung han beneficiado a Huawei, que habría pasado a ocupar el segundo lugar de la lista de fabricantes más rentables de smartphones, al menos durante el último trimestre.
Recientemente, las oficinas de Samsung en Seúl fueron allanadas por la policía como parte de un escándalo político que podría destronar al presidente de la empresa, Park Geun-hye. Esta situación ilustra en parte la compleja estructura administrativa de Samsung, que en los últimos meses ha causado preocupación entre inversionistas. Una solución podría ser la escisión de la empresa en dos divisiones; una operativa y una financiera.
La agencia Reuters, en tanto, escribe que la empresa de inversiones estadounidense Elliott Management, propietaria del 0,6% de Samsung, habría propuesto inicialmente la escisión. La idea es respaldada por la empresa de gestión de activos financieros Aberdeen Asset Management, a cuyo juicio “es difícil argumentar contra de la lógica que sustenta la propuesta de Elliott. Sería preferible una estructura más simple. Lo fundamental es que estos cambios beneficien a todos los incorporados, incluida a la familia (Lee), al consorcio, y a los inversionistas”.