La revelación de la existencia del sistema de espionaje global estadounidense PRISM ha generado numerosas reacciones. Tim Berners-Lee, inventor de la World Wide Web, se ha referido en reiteradas oportunidades a las iniciativas gubernamentales, cada vez más generalizadas, que atentan contra derechos fundamentales en el ciberespacio. Berners-Lee aboga por una Internet libre de censura política, abierta a la libertad de expresión, y fuera del alcance de de las autoridades.
“No sólo porque confíes en el gobierno actual deberías darle facultades que no quisieras que otro gobierno tuviese”, habría declarado Tim Berners-Lee, citado por financial Times. Refiriéndose a las revelaciones sobre PRISM, Berners-Lee envió un correo electrónico a la publicación, donde indica que “El espionaje infundado es una violación de los derechos humanos fundamentales, que amenaza los cimientos de una sociedad democrática”.
“Invito a todos los usuarios de Internet a exigir una mayor protección judicial, propia de un Estado de derecho, de su privacidad en el ámbito de la comunicación electrónica, incluyendo su derecho a ser informados cuando alguien tenga acceso o almacene sus datos de navegación. Durante las últimas dos décadas, la web se ha convertido en parte integral de nuestras vidas. El acceso a nuestro patrón de uso puede revelar aspectos muy íntimos y personales de nosotros. El almacenamiento de información sobre cada persona conlleva una gran responsabilidad”, recalca Berners-Lee.
En abril pasado, Berners-Lee, ciudadano británico que ostenta el título de Caballero – o Sir – criticó los planes del gobierno de su país, de incrementar sus sistemas de vigilancia y control electrónico de la ciudadanía, ya que a su juicio atentan contra los derechos humanos.
Curiosamente, el 4 de junio, pocos días antes de la revelación sobre PRISM, la ONU publicó una nota de prensa donde se refiere precisamente al uso de tecnologías de espionaje por parte de los estados nacionales. El informe fue redactado por Frank La Rue, experto independiente en libertad de expresión.
En el documento se indica que en los estados miembros de la ONU no deberían utilizar tecnologías de espionaje que vulneren la privacidad de los ciudadanos. “La libertad de expresión no puede ser asegurada sin que a la vez se respete el derecho a la privacidad en el ámbito de las comunicaciones”, escribe La Rue en el informe, donde la ONU exhorta a los países miembros a tomar las medidas necesarias para asegurar la libertad de expresión.
“Las preocupaciones sobre la seguridad nacional y las actividades delictivas pueden hacer aconsejable el uso de vigilancia extraordinaria de las comunicaciones. Sin embargo, las leyes nacionales que regulen las actividades estatales necesarias, legítimas y proporcionales de vigilancia electrónica son, por lo general, insuficientes o no existentes”, considera La Rue.
Asimismo, el experto indica que el sector privado tiene responsabilidades, a la vez que exhorta a los estados a impedir la comercialización de tecnologías de vigilancia a escala global, y a proteger las comunicaciones.
Fotografía principal: Tim Berners-Lee