La entidad rusa antimonopolios FAS (Federal Antimonopoly Service), ha iniciado una investigación contra Microsoft, como resultado de una denuncia presentada por la empresa de seguridad informática Kaspersky Lab. Una denuncia similar habría sido enviada a la Comisión europea.
A juicio de Kaspersky Lab, Microsoft dificulta en grado creciente a los proveedores de seguridad la distribución de sus productos entre usuarios de Windows, especialmente la versión 10. Eugene Kaspersky, Fundador de Kaspersky Lab, profundiza el tema en su blog oficial.
Windows 10 es distribuido con el producto anti malware Windows Defender, y Microsoft no oculta su interés por motivar entre sus usuarios la adopción de este producto. De hecho, Chris Hallum, Senior Product Manager para Windows Defender, declaró en septiembre, en el marco de la conferencia Microsoft Ignite: “Nos interesa llegar al primer lugar. No puedo prometerles que seremos el número uno, pero estaremos dentro de los 10 mejores. Esto quiere decir que tenemos, básicamente, protección muy comparable con los productos de la competencia. Por lo tanto, es algo que les sugiero considerar y colocar en su hoja de ruta. Les pido evaluar el software y considerar deshacerse de los antivirus de terceros, ya que ahora tenemos una gran solución, que será aún mejor en los meses venideros” (Hallum hace sus declaraciones a partir del minuto 58:30 de este vídeo).
Entre las dificultades experimentadas por Kaspersky Lab y otros fabricantes de software de seguridad, figura la marcada reducción en el tiempo del que disponen para compatibilizar sus productos con nuevas versiones de Windows. Según FAS, este período habría sido reducido de 2 meses, a 6 días con Windows 10.
Según Kaspersky, esta medida unilateral de Microsoft resultó en que muchos usuarios que actualizaron a Windows 10 fueron notificados de incompatibilidades con su software de seguridad, por lo que este sería desinstalado y Windows defender activado en su lugar.
Windows defender no es un software nuevo. Ha acompañado al sistema operativo de Microsoft desde el lanzamiento de Windows Vista, y desde el comienzo fue percibido como una amenaza, o al menos competencia, para los proveedores tradicionales de software de seguridad.
Posible abuso de posición dominante
En su blog, Eugene Kaspersky menciona ejemplos específicos, como por ejemplo lo que ocurre cuando llega la fecha de renovar las licencias de software de seguridad de terceros. “Consideramos que Microsoft ha aprovechado su posición dominante en el mercado de sistemas operativos para dar ventajas competitivas a su propio producto. La empresa induce al usuario a activar su producto defender, que en sí no es una solución adecuada para proteger la computadora contra ciberataques. La empresa también dificulta el acceso al mercado de otras empresas, vulnerando así los intereses de desarrolladores independientes de productos de seguridad”, escribe Kaspersky.
El CEO de Kaspersky cita luego una serie de tests independientes donde Windows Defender obtiene un desempeño inferior al del promedio de los productos comerciales de seguridad. Al respecto, cabe recordar lo dicho por Hallum en Ignite, el sentido que “Windows Defender estará entre los 10 mejores”.
Por considerarse perjudicada, Kaspersky han entrado en contacto con las autoridades antimonopolios de varios países y regiones, solicitándoles intervenir obligando a Microsoft a renunciar a lo que denomina “prácticas monopolistas”. En concreto, Kaspersky Lab requiere se obligue a Microsoft a ofrecer a fabricantes independientes de software de seguridad acceso a nuevas versiones y actualizaciones de Windows, con la suficiente antelación como para cumplir los requisitos de compatibilidad con el sistema operativo. Asimismo, pide que el propio sistema operativo Windows notifique a los usuarios sobre la presencia de software incompatible en el sistema, sugiriéndoles instalar una versión compatible después de concluida la actualización. Asimismo, Kaspersky solicita que la activación de Windows defender requiera la autorización explícita el usuario.
Kaspersky agrega, por lo demás, que los procedimientos instalados en Windows por Microsoft no sólo afectan los productos de seguridad informática, sino también a otros productos de terceros, como navegadores, juegos, visualizadores de imágenes y procesamiento de archivos multimedia y documentos PDF.
Microsoft Rusia publicó un comunicado donde indica: “Microsoft Rusia y Kaspersky Lab tienen una prolongada historia de cooperación en distintas áreas. Microsoft se compromete a trabajar con pleno apego a la legislación rusa. La empresa no ha recibido notificación alguna de FAS. Tan pronto esto ocurra, consideraremos detenidamente su contenido”.
A juicio de Kaspersky, los grandes beneficiados con la monopolización del mercado de ciberseguridad son los delincuentes. “Cuando el mismo software está instalado en muchos dispositivos, es mucho más fácil obtener acceso general, cuando se ha detectado un agujero”.
En agosto de 2015 fue el turno de la propia Kaspersky de enfrentar acusaciones -referidas por la agencia Reuters citando fuentes anónimas- de haber saboteado a la competencia instalando falsos positivos. El propio Eugene Kaspersky presentó abundante documentación desvirtuando las acusaciones. En marzo de ese mismo año, Bloomberg acusó a Eugene Kaspersky de tener estrechos lazos con los servicios de inteligencia de Rusia. También en esa oportunidad, el afectado desmintió las acusaciones.