El sistema, desarrollado por British Telecom, hace necesario que el pasajero se registre antes de usar su teléfono y use los terminales GMS ya instalados en el avión. El gasto por el uso es cargado a la cuenta de teléfono del abonado.
Aunque el sistema implica un recargo extra para el propietario del teléfono, quienes llamen al pasajero no incurrirán en un gasto adicional por la conexión desde la estación de tierra al avión.
En un comunicado, Virgin Atlantic también informa estar desarrollando un sistema que hará posible enviar y recibir correo electrónico desde sus aviones.