El estudio, de tres años de duración y dirigido por investigadores de la Universidad de Aston, partirá con el intento de cultivar células madre del cerebro humano en un microchip, al que luego se enseñará a resolver problemas a partir de datos.
El proyecto, denominado Neu-ChiP, busca evaluar si las células pueden ser utilizadas para “sobrealimentar” la capacidad de aprendizaje de las computadoras, reduciendo drásticamente a la vez el consumo de energía.
La reciente tendencia a la “computación neuromórfica”, que pretende imitar electrónicamente la actividad neuronal humana, se ve obstaculizada por las limitaciones inherentes de la electrónica convencional. Por ejemplo, los enfoques electrónicos actuales del aprendizaje automático tienen límites, ya que requieren una potencia de cálculo cada vez mayor y una gran demanda de energía.
En cambio, las células cerebrales humanas combinan sin esfuerzo estas funciones y tienen una demanda de energía extremadamente baja, ya que sólo requieren un pequeño volumen de una solución rica en nutrientes para funcionar. El equipo colocará redes de células madre similares a la corteza cerebral humana en microchips y luego las estimulará disparando sobre ellas patrones cambiantes de rayos de luz.
El profesor de la Universidad de Aston, David Saad, dijo: “Nuestro objetivo es aprovechar la incomparable capacidad de cálculo del cerebro humano para aumentar drásticamente la capacidad de las computadoras de ayudarnos a resolver problemas complejos. Creemos que este proyecto tiene el potencial de superar las limitaciones actuales de potencia de procesamiento y consumo de energía para provocar un cambio de paradigma en la tecnología del aprendizaje automático.”
El modelado informático en 3D les permitirá observar cualquier cambio que sufran las células, para ver su capacidad de adaptación. La intención es imitar la “plasticidad” del cerebro humano, que puede adaptarse rápidamente a la nueva información.
El Dr. Rhein Parri, investigador del proyecto, afirma: “Estamos muy contentos de contar con el apoyo de la Comisión Europea para este ambicioso proyecto. Nuestro equipo internacional combinará sus conocimientos y trabajará conjuntamente para desarrollar una tecnología que esperamos que aporte grandes beneficios futuros a la ciencia y la sociedad”.
Ilustración: Pierre Acobas via Unsplash