Un equipo de ESADE ha superado a más de 2.000 equipos internacionales formados por estudiantes de las Business Schools más importantes del mundo y tras varias fases eliminatorias, han llegado a la final del 4th Annual Hult Prize. Se trata de la competición de estudiantes más importante del mundo sobre emprendimiento social, y fue nombrada por TIME Magazine como una de las 5 ideas más importantes para cambiar el mundo. El Premio Hult se dirige a alumnos universitarios de todo el mundo. El objetivo es convertirse en un acelerador para la puesta en marcha del proyecto empresarial social que reúna a los más brillantes estudiantes de todo el mundo y resuelva los problemas globales más apremiantes.
El Hult Prize 2013 ha puesto el foco en esta edición en la seguridad alimentaria global y en cómo conseguir cantidad, seguridad y accesibilidad a la alimentación de los más de 200 millones de habitantes que viven barrios marginales de ciudades de todo el mundo.
El equipo de ESADE, formado por un americano, un australiano, una brasileña, un canadiense y un mejicano, presentó su proyecto esta madrugada en el Clinton Global Initiative Annual Meeting, de Nueva York ante un jurado encabezado por Bill Clinton y un nutrido panel de expertos. El equipo de ESADE ha competido con otros cinco: Hult International Business School (EEUU), University of Cape Town (Sudáfrica), Asian School of Management (Filipinas) y London School of Economics (Inglaterra), y McGill University (Canadá). Este último, que ha resultado ganador, ha conseguido un millón de dólares para hacer realidad su proyecto.
Mejorar la alimentación en los slums de la India
El proyecto del equipo de ESADE se dirige a la inseguridad alimentaria en los slums de la India. Se basa en conseguir conectar y unificar los pequeños comercios de los suburbios de la India para que puedan entrar en contacto con los grandes proveedores de productos alimenticios.
Para ello han creado una aplicación y plataforma informática que, previa distribución de herramientas tecnológicas a los pequeños comercios de estos barrios (pequeños ordenadores, iPads etc.), permitirá unificar sus pedidos y contactar con los macro proveedores. De este modo, podrán reducir sus costes y ofrecer productos de mayor calidad y a mejor precio. Por otro lado, las grandes marcas y distribuidores obtendrán datos de un tipo de mercado hasta ahora totalmente desconocido. El conocimiento de qué productos consumen, de qué tipo, con qué frecuencia etc. les permitirá ajustar más su oferta a un mercado hasta ahora inaccesible de forma directa. Una información que puede resultar también útil para instituciones gubernamentales y ONG.
Esta plataforma garantiza así su sostenibilidad económica y produce un beneficio social que puede extenderse con facilidad a barrios marginales de otras partes del mundo.
El proyecto del equipo de ESADE ha sido ya uno de los finalistas elegidos para participar este verano en Boston en un programa incubadora de desarrollo de su modelo de negocio.