Tribunal sentencia a empleada remota a indemnizar a su empleador por falsear horas trabajadas

Un tribunal civil de Canadá ha ordenado a una contadora indemnizar a su exempleador por “robo de tiempo” después de descubrirse que falsificaba las horas trabajadas utilizando un software de control.

The Guardian reporta que Karlee Besse, contadora remota en la Columbia Británica, alegó inicialmente que había sido despedida sin causa el año pasado y solicitó una indemnización de 5.000 dólares canadienses (USD 3.729) por salario adeudado e indemnización por despido.

Sin embargo, la empresa, Reach CPA, informó al tribunal de que Beese había registrado más de 50 horas que “no parecía haber dedicado a tareas relacionadas con el trabajo” Reach había instalado en el portátil de Basse TimeCampon, un software de seguimiento de empleados tras descubrir que los archivos que le habían sido asignados sobrepasaban el presupuesto y se retrasaban en los plazos.

El software controla cuánto tiempo permanece abierto un documento, la interacción con el teletrabajador, junto con registrar las horas trabajadas. Semanas después, la empresa dijo que una inspección “encontró discrepancias entre sus hojas de horas y los registros de uso del programa”.

Aunque Besse declaró al tribunal que el programa le resultaba “difícil” y que le preocupaba que no distinguiera entre el trabajo y el uso personal, la empresa demostró cómo TimeCamp distingue automáticamente entre ambos, separando los registros de tiempo para el trabajo de actividades como el uso del portátil para ver películas y programas de televisión en streaming.

Besse declaró que había impreso documentos para trabajar pero no informó a Reach porque “sabía que no les gustaría ” y que temía las repercusiones.

La empresa rebatió el argumento de Besse señalando que el programa también hace un seguimiento de las impresiones y que sólo se habían notificado unos pocos documentos impresos. Declaró además que cualquier trabajo derivado de los documentos impresos habría tenido que ser introducido en el software de la empresa, lo que nunca ocurrió.

El juez desestimó la demanda de Besse por despido improcedente y le ordenó pagar 2.459 dólares canadienses en concepto de devolución de pagos y como parte de un anticipo que había recibido anteriormente de la empresa.


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