ReDigi tenía sobradas razones para sentir optimismo respecto del futuro de su negocio, considerando que un tribunal distrital neoyorquino le había dado la razón en el marco de una demanda interpuesta en su contra por el sello discográfico Capitol Records. En la oportunidad, el tribunal determinó que “los compradores de archivos MP3 tienen, en conformidad con la denominada doctrina de primera venta, derecho a revender obras inmateriales protegidas por derechos de autor, bajo la condición de haberlas adquirido legalmente”.
Sin embargo, un fallo pronunciado el 30 de marzo por un tribunal de Nueva York desautoriza tal argumento legal y, con ello, el modelo de negocio es de ReDigi. Según el juez George Sullivan, un archivo digital no es lo mismo que un producto físico, con lo que desconoce cualquier equivalencia entre “una colección digital de música”, y un CD usado.
A grandes rasgos, la argumentación del juez es que el usuario crea un nuevo ejemplar al pagar y descargar una canción desde servicios como iTunes. Si el usuario desea revender el archivo, técnicamente debe crearse un nuevo ejemplar, que es subido al sistema de ReDigi.
Según tal definición, ya no se trataría del ejemplar original comprado por el usuario, sino de una copia que, como tal, no puede ser vendida sin infringir la normativa estadounidense de copyright.
Según el juez, la reventa de música digital puede ser comparada con vender un CD con contenidos que han sido copiados desde un CD comercial. En otras palabras, la definición por excelencia de piratería mediante un soporte físico.
El veredicto tendrá graves consecuencias para ReDigi, que probablemente deberá abandonar el negocio.
En enero pasado, el gigante Amazon presentó una solicitud de patente donde describe un procedimiento para vender e-libros, música, juegos y películas de segunda mano, todo en formato digital. Será interesante entonces observar el desarrollo de esta solicitud, a la luz del nuevo fallo, que prohíbe precisamente la reventa de música.
