Tecnología vestible: las claves principales de los dispositivos que parecen invisibles

Opinión: Tecnología vestible o wearable computing, la asombrosa capacidad que tienen algunos dispositivos para lograr que las personas pierdan conciencia de su uso.

La tecnología ha avanzado tanto en las últimas décadas, que muchas veces se vuelve invisible en el diario vivir de los usuarios. Es esa la premisa que mejor describe el concepto de tecnología vestible o wearable computing, la asombrosa capacidad que tienen algunos dispositivos para lograr que las personas pierdan conciencia de su uso.

Relojes, pulseras, lentes, sensores en las zapatillas, cascos de motos con display y prototipos de ropa con pantallas flexibles son algunas de las prendas y accesorios que el ciudadano de este siglo está vistiendo, incorporando las técnicas más vanguardistas del mercado. Sin embargo, hasta el momento, estos dispositivos giran alrededor del teléfono inteligente, sin el cual la utilidad de estos disminuye considerablemente.

Esta tendencia derivó del llamado ubiquitous computing, introducido por Mark Weisser en 1988, el cual se refería a los pequeños y baratos computadores que están en prácticamente todas partes. Y desde entonces, el mercado ha tenido una gran evolución, que está lejos de detenerse. Es difícil hacer un análisis certero al respecto, pero me inclino a pensar que en el caso de los relojes inteligentes, hay indicios de explotar el monitoreo de signos vitales y por ende aplicaciones de salud de las personas. En el caso de otros dispositivos como Google Glass, me parece que puede tener muchas aplicaciones, como su uso por parte de conductores profesionales, por ejemplo.

No obstante, hay que enfatizar que estos dispositivos tienen que independizarse del teléfono inteligente.

La tecnología es un mercado dirigido por la oferta, es decir las compañías de tecnología deben crear nuevos productos y servicios sin que exista una necesidad previa para ello. Y en el caso de la tecnología vestible, se abren muchas posibilidades nuevas.

En referencia a las aplicaciones médicas, puede ser de una gran utilidad para personas que necesiten un monitoreo constante de presión, pulsaciones por minuto, niveles de azúcar en la sangre, etc. Asimismo, algunos modelos de relojes incluyen tecnología NFC, que permite comunicación inalámbrica a algunos centímetros de distancia, esta tecnología está siendo probada como medio de pago electrónico como alternativa de las tarjetas.

Respecto a la dirección que va tomando el fenómeno, es complejo hacer proyecciones sobre su masificación. Samsung asegura haber vendido más de 800 mil relojes inteligentes desde su lanzamiento hace un par de meses, y aunque promisorio, no es todavía un volumen significativo de ventas. También hay elementos que siembran la duda del éxito que pueda conseguir, referidos especialmente a su uso. Tener que cargar la batería de un reloj, actualizar su software, son tareas que actualmente no son necesarias para un reloj. Entonces, a pesar de la conveniencia que ofrece, como usuarios tenemos que realizar más tareas, lo que puede resultar tedioso.

Con todo, uno de los mayores atractivos de estos dispositivos, desde el punto vista técnico, es que cambian el paradigma imperante de la interacción hombre-máquina. Por lo tanto es de esperar un gran número de aplicaciones que saquen partido de ello. Asimismo, los costos de los dispositivos, definitivamente deberían ir bajando, al menos hasta cierto punto. Los dispositivos más potentes y con más funcionalidades seguirán siendo caros, lo que es un patrón ya visto en otros artículos como celulares, televisores y computadores.

Por Werner Creixell, académico de la carrera de Ingeniería Civil Telemática, del Departamento de Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, Chile.


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