Se desconoce la forma en que Ballmer había pensado llevar a la práctica el ajusticiamiento del buscador Google. Según fuentes consultadas por News.com, Ballmer habría usado epítetos de grueso calibre y arrojado sillas en su oficina de Redmond, al enterarse que su colega Kai Fu-Lee había decidido trabajar en Google.
La contratación de Fu-Lee por parte de Google fue cuestionada por Microsoft y llevada a los tribunales. El juez instructor determinó que Fu-Lee no podrá comenzar sus funciones en Google hasta que el tema haya sido zanjado definitivamente en un juicio.
Desde antes se sabe que Ballmer es temperamental, aunque de manera positiva, al menos en espacios públicos. Recientemente circulaba en Internet una secuencia en que Ballmer se dirige con gran entusiasmo y vehemencia a un grupo de desarrolladores (ver enlace).
Imagen: Steve Ballmer -esta vez de mejor humor- prueba una Xbox.