Sin embargo, dicho estudio -realizado en España, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia- revela que tan sólo el 2 por ciento de las grandes empresas se encuentran actualmente preparadas para comenzar a operar en Euros. Esta cifra cobra relevancia si se tiene en cuenta que el 70 por ciento de todos los programas informáticos de estas organizaciones necesitan ser modificados. Asimismo, el 20 por ciento de las empresas encuestadas consideran que el próximo 1 de enero de 2002 no estarán preparadas adecuadamente para operar con esta moneda.
Dentro de este 2 por ciento de empresas europeas preparadas para el Euro, Francia y España, en segundo lugar, son los países analizados en los que el proceso de conversión está siendo ligeramente superior. En nuestro país, el 69% por ciento de las empresas encuestadas considera que la transformación al Euro, supone un cambio muy extenso frente al 19% que estima que sólo conllevará realizar la conversión en alguna de sus aplicaciones, y a un 9 por ciento que considera que el Euro tan sólo se trata de otra divisa más.
Las causas de los bajos niveles de adaptación son múltiples. La complejidad de los proyectos y una aparente falta de preparación entre clientes y suministradores son citadas por algunas empresas como el principal obstáculo, mientras que en otras organizaciones el Euro no es un tema prioritario dentro de sus objetivos.
Según José Pedreira, responsable de los Servicios de Consultoría de Negocio de IBM España y Portugal, muchas organizaciones se están dando cuenta de que la adaptación al Euro es más compleja y lleva más tiempo de lo que pensaban inicialmente. Además, muchas de estas empresas están desviando parte de sus presupuestos destinados al Euro a otro tipo de proyectos como ERPs y comercio electrónico.
Sin embargo, la adaptación al Euro a tiempo ofrece a las empresas mayores oportunidades de negocio, agregó.