Los legisladores neozelandeses han aprobado una nueva legislación que, en la práctica, prohíbe patentar programas informáticos. El proyecto de ley ha sido objeto de un intenso debate político en ese país durante los últimos cinco años, al que se ha sumado un intenso lobby de los gigantes internacionales del software.
Según medios neozelandeses, el ministro de industria y comercio de Nueva Zelandia, Craig Foss, declaró que la modernización de la legislación de patentes constituye un paso importante hacia una mayor innovación en el país.
El ministro habría declarado que al definir de manera inequívoca lo que puede o no puede ser patentado, las empresas locales tendrían mayor flexibilidad para implementar y mejorar innovaciones existentes, a la vez que se brinda la necesaria protección a los inventos genuinos.
El Instituto de Profesionales de las TI (IITP, por sus iniciales en inglés) de Nueva Zelandia ha manifestado su pleno apoyo a la nueva legislación de patentes. De hecho, la organización argumentó insistentemente a favor del texto finalmente aprobado. Entre los miembros de la entidad, el 94% estuvo a favor de prohibir las patentes de software.
En un comunicado, IITP escribe que el sistema de patentes no funciona al tratarse de software debido a que es prácticamente imposible para las empresas tecnológicas auténticas crear nuevo software sin violar una, o varias, de los cientos de miles de patentes existentes. IITP califica la resolución de histórica, señalando que aparte de respaldar la innovación tecnológica, la nueva ley envía un inequívoco mensaje al resto del mundo: “Nueva Zelandia no tolera las prácticas abusivas de los troll de patentes”.
El Congreso estadounidense también estudia una reforma legal que dificultará el negocio de talles “trolls”.
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