Las redes de quinta generación (5G), aunque aún están en plena fase de pruebas iniciales, ya son tema frecuente en los medios, debido al gran impacto que su despliegue provocará tanto en los negocios como en la vida cotidiana de las personas.
El advenimiento de las ciudades inteligentes a partir del desarrollo de la Internet de las Cosas (IoT) y aplicaciones como vehículos autómonos, requiere de una infraestructura de alta disponibilidad y baja latencia, o sea un canal muy potente por donde fluyan inmensos volúmenes de datos en tiempo real. Por ello, las redes 5G representarán la materialización de diversas tecnologías de gran impacto y alcance para la sociedad, algunas de ellas ya las conocemos con usos restringidos o experimentales; pero que a partir de estas nuevas redes, serán utilizadas en una escala mayor.
A partir del despliegue real y la masificación de 5G, soluciones asociadas a la Inteligencia artificial (IA), la realidad virtual, la realidad aumentada y el video ultra HD, entre otras, serán algunas de las tecnologías que se verán beneficiadas con estas redes, posibilitando grandes transformaciones en las empresas, ciudades y nuestra vida cotidiana.
Paso a Paso
Sin embargo, las expectativas sobre 5G parecen sobredimensionadas en cuanto a los plazos, ya que muchos no comprenden los pasos previos que esta evolución tecnológica exige. Esto se debe a que suele verse a las redes 5G como una tecnología, y no como un conjunto de tecnologías de redes y servicios, cuyo despliegue es paulatino y desafiante.
Lo que está disponible hoy en 5G es lo que tiene que ver con el acceso. Sin embargo, no es una tecnología madura ni mucho menos, por lo que podemos decir que lo que comenzará a observar desde el 2019 son versiones piloto de redes 5G, y lo veremos en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.
Dichos “pilotos” estarán inicialmente destinados a áreas específicas o lugares de alta densidad, aunque la masificación demandará más tiempo. Generalmente, los lanzamientos comerciales de estos servicios demoran dos o tres años desde de la consolidación de los estándares. Por otro lado, también se requiere tiempo para que los terminales móviles estén disponibles en el mercado, por lo que inicialmente sólo veremos pilotos y usos restringidos a ciertos espacios.
Debido a lo anterior, lo que se verá inicialmente en 5G significará mayor velocidad de acceso respecto de 4G, y la baja latencia; pero está lejos de ser el auténtico impacto. Los primeros lanzamientos aumentarán la velocidad de acceso y el ancho de banda, pero en ningún caso estamos hablando aún de vivir una nueva experiencia para los usuarios, que es la promesa fundamental de las redes 5G para el futuro. De alguna manera, se verá inicialmente mayor velocidad -una fracción del potencial de 10 gigabits por segundo que tiene 5G-, pero con redes ofreciendo los mismos servicios actuales.
Más Confiabilidad
La 5G debe comprenderse no sólo como velocidad, sino también como el inicio de nuevas redes y servicios; más seguros, más disponibles y más confiables, los cuales irán desplegando de poco a poco en las ciudades. Para concretar el potencial de 5G se debe desarrollar una infraestructura y redes que garanticen la misma experiencia del usuario en todas partes, y no sólo en algunos lugares.
En tal sentido, uno de los elementos más importantes de 5G será la disminución de la latencia, es decir, la reducción del tiempo de desfase que existe en la interacción entre un dispositivo conectado y un servidor. La latencia en 5G se reducirá a 1 milisegundo o incluso menos, cifra que hoy con 4G fluctúa entre los 50 y 150 milisegundos. Es un cambio muy relevante para aplicaciones en donde este factor es crítico, como en telemedicina, por ejemplo.
El desarrollo de las nuevas redes 5G exigirá un mayor uso de la fibra óptica debido a que aumentará la densidad de las estaciones radio base, mientras que los operadores requerirán instalar más antenas, debido a que la transmisión en frecuencias altas disminuye la longitud de ondas.
En las nuevas ciudades inteligentes deberán usar más fibra óptica para desplegar las redes 5G, en donde también jugarán un rol fundamental los sistemas de acceso inalámbrico fijo (Fixed Wireless Access). Habrá un despliegue de nuevas tecnologías para los operadores, en donde emergen conceptos como la virtualización y las redes auto-organizadas, propias de 5G.
Todo ello tomará tiempo en estar disponible y funcionando al ciento por ciento, un plazo que podría llegar perfectamente a unos cinco años, o incluso más. De hecho, hay quienes estiman que 5G en plenitud sólo podría verse recién en el 2025.
Por Luiz Henrique Zimmermann Felchner, Gerente de Aplicaciones de Furukawa Electric LatAm