Los últimos meses sin duda han sido desafiantes, desde cualquier ámbito. La pandemia ha dejado a su paso aspectos negativos, pero es importante mirar el panorama completo de las situaciones de los últimos meses.
El COVID-19 ha incentivado la solidaridad entre las personas, y más importante aún en los líderes mundiales para crear iniciativas que impulsen y reactiven las economías que aún se adaptan a una realidad no esperada.
Hemos podido observar con el paso de los meses, las medidas aplicadas en algunos países para dar soporte a las industrias productivas del país. Sin ir muy lejos en el mapa, en Latinoamérica se han implementado diversas políticas públicas que aseguren la continuidad operativa de las empresas.
Tal es el caso de Colombia donde la Asociación Nacional de Empresarios lanzó la Liga del Rescate para ayudar a las organizaciones. Mientras que en Chile se implementó el Plan Paso a Paso para ir reactivando los distintos sectores comerciales del país.
Sin duda, todos estos planes son vitales en las actuales circunstancias, ya que incentivan a los diversos sectores productivos, los comercios, las empresas y a las personas en este momento. Pero no todo puede depender de esos apoyos.
Hoy más que nunca cada líder, bien sea de empresas públicas o privadas, tiene la responsabilidad de contribuir con su conocimiento, labor, decisiones y liderazgo a esa reactivación. Y, en este contexto, existen dos obligaciones para los líderes: liderar con inteligencia sus negocios y con humanidad a sus equipos.
Liderar con inteligencia es apoyarse en la tecnología, en las soluciones avanzadas que hoy en día están disponibles para acertar en las decisiones. Desde hace mucho tiempo, las decisiones de negocios dejaron de tomarse al azar y basadas en la intuición. Tomar decisiones informadas, en las que se analizan los datos que tenemos a la mano y se anticipan escenarios, es una obligación que tienen todos los líderes.
En los mercados desarrollados, ninguna decisión en un banco, en una empresa de servicios, en un comercio o en una institución de salud, se toma sin haber analizado la información previamente.
En varios de nuestros países, si queremos acelerar la reactivación de las empresas es fundamental contar con más inteligencia analítica. Es decir, debemos impulsar el uso de las soluciones analíticas por parte de todos los líderes para la toma de las mejores decisiones.
Por su parte, el liderazgo con humanidad significa liderar pensando en los equipos de trabajo, asegurándose de conocer sus necesidades y desarrollando su potencial. Es cierto que nos debemos a los resultados, pero debemos acompañar a nuestros colaboradores y entenderlos en el camino. Identificar cómo todo lo que hemos vivido este año los ha afectado y cómo podemos ayudarlos a superar los desafíos.
Es claro que toda iniciativa es valiosa en este momento, pero no nos olvidemos que estamos frente a personas ante todo. Es cierto que debemos y tenemos que reactivar los negocios, pero eso solo lo podremos hacer en la medida en que tengamos personas comprometidas y que nos conduzcan a ese camino.
por Marcelo Sukni, Gerente General de SAS Chile