Imagínese que su día de trabajo terminó. Mientras sale de su oficina, una cámara de reconocimiento facial escanea su rostro automáticamente, y con ello en una pantalla táctil a un costado, le indica el lugar, horario y contraparte con que tiene agendada su primera reunión para el día de mañana.
Por cierto, usted ya subió al automóvil, y desde su teléfono inteligente ordena apagar luces, computador, cerrar puertas y activar alarmas de la oficina.
Así serán las oficinas del futuro: inteligentes, hiperconectadas, y harán gala de un importante despliegue de funcionalidades siempre disponibles para ser controladas remotamente, con información en línea, producto de la incorporación de la Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés).
Además, la IoT permitirá a la oficina del futuro incorporar sistemas de monitoreo y control automatizado para optimizar sus procesos, lo que facilitará gestionar racionalmente recursos como el agua y la energía; propendiendo a una mayor eficiencia y sustentabilidad medioambiental.
El corazón de la conectividad y transmisión de datos necesarios para hacer funcionar a la oficina del futuro, está basado en la incorporación y despliegue de más redes de fibra óptica.
La materia prima de la IoT, que impulsa la oficina inteligente e hiperconectada, son estas redes de comunicación, que son como las arterias por las que circula la información bombeada desde los Centros de Datos.
La tendencia es a una mayor demanda y siempre creciente de más ancho de banda para cubrir las necesidades de los actuales y nuevos espacios de trabajo, capacidad de transmisión de datos que será proporcionada por nuevas redes de cableado estructurado y redes inalámbricas.
A modo de ejemplo, las nuevas oficinas dispondrán de mayores espacios para videoconferencias y en algunos casos de realidad virtual para capacitación. Todo esto significará mayor necesidad de transmisión de datos y streaming.
Por ello es que esta columna vertebral de IoT, se estructurará en base a tecnologías de cableado que entregan mayor ancho de banda, tales como Categoría 6 (ancho de banda hasta 250 MHz) y Categoría 6A (ancho de banda hasta 500 MHz), además de cables de fibra óptica.
Factores de cambios
El motor de cambio sin duda que ya es hoy, y lo seguirá siendo a futuro, la hiperconectividad. El crecimiento de los datos es siempre exponencial, por lo que proveer conectividad y ancho de banda acorde a la demanda y tráfico de información, resulta vital para apalancar todas las nuevas oportunidades que la IoT traerá a los espacios laborales del futuro.
Además, las tecnologías de la información y comunicaciones impulsarán una mayor democratización en las oportunidades laborales, así como más facilidades para fomentar la igualdad de género y flexibilidad en el trabajo.
La oficina del futuro desarrollará un entorno donde las personas quieran estar, y utilizar el diseño para crear espacios donde puedan trabajar juntas y ser felices, productivas y rentables. Esto porque la tendencia será a generar más colaboración entre las personas.
Entraremos en un mundo de aplicaciones (“apps”), que permitirá virtualizar espacios y funciones físicas del trabajo de hoy. Esto nos permitirá propender hacia una mayor eficiencia y sostenibilidad ambiental en el uso de cada m2 de oficina.
En los nuevos espacios laborales del futuro, se generará mayor demanda e interés por lo verde y ecológico, integrando instalaciones funcionales a los estilos de vida de las nuevas generaciones.
Una mayor digitalización de los procesos y operaciones de las empresas redundará en que las oficinas del futuro se deban pensar y diseñar como espacios abiertos, donde las personas se sientan cómodas para trabajar e innovar. Para ello, resulta vital incorporar aplicaciones de colaboración virtual, y servicios siempre disponibles en la nube.
La Transformación Digital en la Oficina del Futuro será producto de la implementación de una mayor infraestructura de redes de comunicaciones, cableado y fibra óptica, para soportar más aplicaciones digitales, virtualización de funcionalidades y mayor transmisión de datos.
La Transformación Digital, desde un punto de vista humano y social, nos moverá hacia un cambio cultural que permitirá iniciar una nueva era en las relaciones laborales. Un ejemplo de ello será que tendremos más teletrabajo.
Según IDC para el año 2021, al menos 40% del PIB de América Latina se digitalizará, con un crecimiento en cada industria, impulsado por ofertas, operaciones y relaciones mejoradas digitalmente.
Por Leonel Rodrigues, Ingeniero de Productos, Furukawa