Los cambios vertiginosos en tecnología han venido a reformular la forma en cómo hacemos negocios. La obsolescencia es más crítica que nunca, por lo que la frase “evolucionar o morir” pasa a ser un mantra de todas las industrias. En este escenario un tanto dantesco, se ha posicionado la Transformación Digital como la panacea que salvará a las empresas de una muerte lenta frente a los nuevos disruptores de negocios.
Es cierto, la tan popular Transformación Digital es no sólo necesaria, si no también crítica. Pero más crítico aún es entenderla correctamente, y asumir que su éxito depende, por sobre todo, de los líderes que velan por su puesta en marcha.
Lo primero que debe entender cualquier compañía, es que la Transformación Digital no es un proyecto exclusivamente de TI, sino que afecta a toda la organización y a cada área del negocio.
Por ello, quien debe encabezar este proceso es el CEO, para luego ser adoptado por el equipo ejecutivo y finalmente compartido en toda la empresa. Es clave que los líderes entusiasmen a sus colaboradores y se aseguren de que todos entiendan que el beneficio no es la tecnología, sino la nueva forma de realizar su negocios y los beneficios que esto trae a sus clientes.
Para enfrentar esta nueva era de la Transformación Digital, quien conduce el proceso debe mantenerse siempre informado, volviendo a ser una especie de estudiante de la industria, buscando como nutrirse de lo que está sucediendo en su entorno. Se requiere de un líder empoderado y convencido del proyecto, dispuesto a invertir su tiempo en él.
En definitiva, los cambios tecnológicos significarán para todo el equipo una oportunidad de enfrentar nuevos desafíos. Pero esta reinvención requiere de una cabeza que sepa cómo manejar el timón en un mar tormentoso y no exento de problemas.
Otro elemento importante es impulsar una cultura de innovación al interior de las compañías, desde las más altas jefaturas, dando la oportunidad para que las personas no tengan miedo de probar nuevas ideas, y quizás equivocarse, pero potenciando las habilidades del equipo en el proceso. Es clave que los líderes sean parte del cambio, de manera que todos impulsen la Transformación desde la base.
Por último, el ingrediente fundamental que distingue a un buen líder es la capacidad de administrar la complejidad de los cambios de manera rápida y eficiente, sin desanimarse frente a las vicisitudes, ya que muchas herramientas tecnológicas de última generación pueden cambiar rápidamente, obligándonos a reajustar el rumbo.
Sin gente talentosa y comprometida dispuesta a liderar el cambio, no importan lo disruptiva y avanzada que sea la tecnología, la Transformación Digital simplemente no será exitosa. Ese es el desafío que tenemos todos los líderes empresariales de hoy.
Por Guillermo Moya, Sales Director Dimension Data Chile