Todo lo que publicamos sobre la familia, amigos, educación, política, hábitos de viaje, gusto en la ropa, conexión con un tipo de dispositivo específico, es materia prima susceptible de ser analizada por un tercero para determinar algún comportamiento futuro nuestro.
Por ello las preocupaciones de privacidad y los controles aplicados sobre la información que los usuarios comparten deben ser manejados con gran cuidado. Los usuarios pueden notar que Facebook actualiza constantemente sus políticas y configuraciones relacionadas con la privacidad. Sin embargo, a veces la información contenida en los perfiles de los usuarios no ha sido manejada de la mejor manera por parte de Facebook.
En el 2014, hubo 270.000 personas que fueron invitadas a realizar un test en línea por una aplicación llamada “thisisyourdigitallife” desarrollada por un investigador de la Universidad de Cambridge. Durante el uso de la aplicación, los usuarios -sabiéndolo o no- dieron su consentimiento para que se recopilara información sobre sus amigos, lo que habilitó a que la aplicación accediese a datos de 50 millones de perfiles más.
Ya pasada esta situación, es claro que los usuarios deben recordar que son el producto dentro de este servicio. A pesar de ello, tienen la posibilidad de restringir la información que quieran compartir a terceros sabiendo que este consentimiento también es parte de su responsabilidad, por lo que existen algunas prácticas que pueden ser útiles para ayudar a proteger sus datos:
1. Se debe revisar con frecuencia cuáles son las aplicaciones que utilizan la cuenta de Facebook para iniciar sesión en un sitio web, juego o aplicación de un tercero. Ya que estos servicios pueden seguir accediendo a los datos personales si no interrumpimos su conexión al perfil.
2. Es aconsejable verificar habitualmente la configuración de privacidad de la cuenta de Facebook. Si le preocupan qué detalles pueden ver las aplicaciones sobre el usuario y sus amigos de Facebook, este es un buen momento para verificar la configuración de privacidad y minimizar la información que se comparte públicamente.
3. Leer cuidadosamente (y de manera muy rigurosa) las políticas de privacidad de los servicios donde el usuario se suscribe o cuáles son las aplicaciones que instala usando su cuenta de Facebook. Cuando se registra en una nueva aplicación siempre hay que leer los términos del servicio y prestar especial atención a la política de privacidad y revisar si los datos contenidos en el perfil podrían ser compartidos con otros.
4. Borrar periódicamente los datos de navegación. Cada navegador tiene su propio mecanismo para eliminar los datos generados durante la navegación. También es aconsejable habilitar la navegación en modo incógnito.
5. Evitar usar aplicaciones de empresas desconocidas. En el caso de la aplicación thisisyourdigitallife, la letra pequeña decía que la información se recolectaría para uso académico, no comercial.
Por lo tanto, la protección de nuestra vida “on line” es también parte de nuestra responsabilidad como usuarios, y es por ello que no se debe olvidar en ningún momento la enorme cantidad de información que se comparte con el mundo exterior mediante las redes sociales.
Por Carlos Castañeda, M. PhD y Experto en Seguridad Digital de Unisys