El estado alemán de Nordheim-Westfalen exige al fabricante de teléfonos Nokia devolver subsidios de aproximadamente 50 millones recibidos en los años 1998 y 1999. Al recibir los subsidios, Nokia se habría comprometido a mantener 2.860 puestos de trabajo en su fábrica de Bochum, Alemania. Las autoridades del estado federado consideran que Nokia ha dado empleo a menos personas que lo pactado.
Los políticos alemanes coinciden en sus críticas contra Nokia después de su decisión de cerrar su fábrica en Bochum y trasladar los puestos de trabajo a Rumania. La decisión no afecta solo a los 2.300 empleados de la fábrica, sino también 2.000 puestos de trabajo en subproveedores.
Nokia se niega a devolver los subsidios, por lo que el tema podría ser llevado a los tribunales.
En un comentario publicado por la prensa alemana, el Ministro de Finanzas Peer Steinbrück critica la decisión de Nokia y subraya que no cierra su fábrica porque esta ocasionara un déficit, sino porque el lucro no era suficientemente alto. Nokia presentó recientemente un balance récord, con un superávit de 7,9 mil millones.