El artículo de The New York Times parte reseñando los hechos ya conocidos; es decir, que durante la investigación de los ataques terroristas ocurridos en San Bernardino, California, en diciembre de 2015, Apple accedió a las peticiones del FBI de entregarle los datos subidos al servicio de almacenamiento en la nube iCloud, por uno de los terroristas abatidos por la policía. Sin embargo, cuando los investigadores requirieron información no específica, almacenada en un iPhone cuyos contenidos no habían sido respaldados en la nube, Apple se negó, requiriendo al FBI obtener una orden judicial. Esta semana, un juez accedió a la petición del FBI, que obligaría a Apple a crear una herramienta especial; en realidad una puerta trasera, que permitiera a los investigadores acceder a los contenidos del aparato.
Citando fuentes anónimas al interior de Apple, el periódico revela que la empresa había requerido al FBI hacer su petición al tribunal bajo reserva. Sin embargo, el gobierno estadounidense optó por dar carácter público a la petición, lo que habría motivado a Tim Cook “a recluirse con sus abogados con el fin de diseñar una respuesta”. El resultado habría sido la carta abierta, firmada por Cook y publicada por Apple el martes, donde Cook argumenta que obligar a una empresa a desarrollar herramientas para el gobierno, que debiliten la seguridad, constituye “un precedente peligroso”. La víspera, Google y WhatsApp respaldaron públicamente a Apple.
En su carta pública, Cook incluso señaló que “al poner en riesgo la seguridad de nuestra información personal se arriesga, en último caso, nuestra seguridad personal” argumentando que por tal razón el cifrado ha adquirido tanta relevancia para todos.
The New York Times atribuye además la siguiente frase a Tim Cook: “Si valoras las libertades civiles, entonces no haces lo que te pide la policía”.