Microsoft admite que la última actualización de seguridad de Windows, publicada el pasado martes, puede ocasionar problemas en algunos sistemas. En el peor de los casos, el usuario corre el riesgo de perder la posibilidad de iniciar una sesión en el sistema después de haber instalado la actualización.
La actualización también puede bloquear una serie de programas, entre ellos el propio cortafuegos de Windows. De esa forma, el programa estaría socavando la seguridad lugar de mejorarla.
Según se indica, el problema surge únicamente si el propio usuario de Windows ha modificado manualmente los derechos de acceso a una carpeta determinada. En general, suelen ser los usuarios avanzados y las empresas con altas exigencias de seguridad, que limitan tales derechos con el fin de evitar el acceso no autorizado a los sistemas.
Sin embargo, este factor de seguridad extra puede crear problemas de incompatibilidad con la última actualización de Microsoft, y en algunos casos dejar el sistema aún más expuesto a riesgos.
Microsoft ha publicado una guía en que explica la forma de modificar la configuración de seguridad, pero precisa que no publicará una nueva versión de la actualización en cuestión, escribe ZDNet.
La mayor parte de las empresas dedican varios días para probar las nuevas actualizaciones y parches de Windows, antes de instalarlos en todas las computadoras de la organización. Sin embargo, las limitaciones de tiempo llevan muchas de ellas a acortar el período de pruebas.
